Aparcando la sensatez


Después de unos cuantos meses de tira y afloja parece que definitivamente sale adelante el despropósito de duplicar la capacidad del aparcamiento subterráneo de la plaza de Santa Bárbara. Los socialistas quieren hacer de esto su gran conquista dentro del acuerdo presupuestario con el PP. Conquistar dos plantas de subsuelo para llenarlas con 660 vehículos y fomentar la especulación. Veamos, punto por punto, la dimensión de este desatino.


¿Qué se consigue ampliando en dos plantas el parking?
Llevar más vehículos al centro, saturar más unas vías de por sí saturadas, hipotecar la movilidad de las calles periféricas, condenar el uso del parking que ahora existe por un mínimo de dos años, desintegrar todavía más si cabe la política de aparcamientos con una decisión absolutamente aislada.

¿Será posible una mejora sustancial de los accesos al parking, dado que acabaría acogiendo más de 1300 vehículos?
No hay muchas alternativas. El problema no está en la plaza de Santa Bárbara, sino en sus conexiones con La Paz y Los Herrán, donde no existe margen de intervención sin riesgo de causar un serio perjuicio a aspectos fundamentales. ¿Alguien se cree de verdad que duplicando el tráfico de acceso al aparcamiento se puede encontrar una solución que evite las colas que ya existen en horas punta?

¿Para qué queremos una gran plaza pública sobre el parking de Santa Bárbara?
Los socialistas hablan de conseguir un espacio complementario a las plazas Nueva y de los Fueros donde se puedan organizar eventos de similar calado a los que acogen estos lugares de referencia. ¿Hablamos, por ejemplo, de conciertos? Seguramente todo el vecindario estaría encantado. ¿Hablamos de exposiciones, justas medievales, mercadillos? Un requisito fundamental para que ese espacio pudiera funcionar sería el de disponer de un acceso peatonal masivo. Es lo que pasa con Fueros y la Plaza Nueva y lo que no puede pasar en este caso porque tanto las calles La Paz, como Jesús Guridi, como el tramo rodado de Postas generan una barrera de tráfico insalvable. Además tenemos que recordar que ya se hizo un experimento de este tipo en la plaza del parking de la Catedral Nueva. Se instaló una pérgola bajo la cual se iban a programar teatro, conciertos y todo tipo de mandangas. Varios años después creo que ese escenario sólo ha acogido un par de actuaciones.

¿Será posible afrontar nuevas peatonalizaciones duplicando la capacidad del parking de Santa Barbara?
Será absolutamente imposible. Los socialistas proponen peatonalizar Angulema una vez agrandado el aparcamiento y suena a broma. Se trataría de una actuación tan inconexa y descafeinada como las que el PP ha venido realizando en Bastiturri o Fray Francisco. El esquema de peatonalización concéntrica del Ensanche que tanto éxito ha tenido durante la era Cuerda queda completamente en entredicho con este tipo de actuaciones. La única apuesta posible es la de reducción del tráfico en ejes como Olaguibel y La Paz. El parking que propone el PSOE colisiona frontalmente con esa necesidad de reducción de tráfico.

¿Un parking de 1.300 plazas generará una menor contaminación acústica y ambiental?
Es de una absoluta irresponsabilidad vender la idea de que se puede reducir la contaminación con una reforma de los accesos a Santa Bárbara sin mayor concrección. Para afrontar una decisión tan importante hay que tener muy clara la viabilidad de la mejora de estos accesos. A doble capacidad de aparcamiento, doble tráfico. A doble tráfico y con unas áreas de acceso inevitablemente problemáticas, inevitablemente más contaminación. Eso es así.

¿Colocar una serie de paneles informativos sobre el nivel de ocupación del parking en varios puntos de la ciudad evitará los atascos?
Esto se responde con otra pregunta: ¿cuántas veces se llenará el parking? El índice de ocupación actual es del 40% según datos del equipo de gobierno.

¿Es razonable fomentar la fórmula de la venta en propiedad de las plazas de aparcamiento por un precio de 31.000 euros y una cláusula que permite su venta a precio de mercado libre a los ocho años?
Esto es tanto como fomentar la especulación. En zona centro es muy frecuente encontrarnos plazas de aparcamiento a la venta por más de diez millones de pesetas en el mercado libre. De hecho, cuando la caja Vital vendió plazas disponibles en su aparcamiento de Olaguibel lo hizo por esta cantidad. Es muy posible pensar que la gente se anime a comprar plazas por el mero hecho de que a los ocho años podrá venderlas por el doble (no por una necesidad REAL de aparcamiento), lo que supone una verdadera bicoca. Si el PSOE marca un precio tan ajustado es porque no confía en que las plazas de aparcamiento tengan una importante demanda.

¿Es lógico una modificación del Plan General que permita la venta en propiedad de plazas de este aparcamiento cuando en el resto de la ciudad sólo se puede hacer mediante cesión de uso por cincuenta años?
No es lógico. Es todo un agravio comparativo. Recordemos que en Judimendi, en Molinuevo, en Zaldiaran o en El Pilar la gente ha tenido que comprar plazas en cesión de uso. Recordemos que para el Casco Viejo, por ejemplo, se plantea la cesión de uso. ¿Por qué para unos sí y para otros no?

¿Qué empresa se va a embarcar en semejante proyecto?
Se trata de estudiar y elaborar el diseño, hacer las obras, vender las plazas y gestionar los aparcamientos rotatorios, además de abonar una factura al Ayuntamiento de treinta millones de euros. Recordemos que en Vitoria hay un interesante historial de proyectos de aparcamiento que no se han llegado a construir por desinterés de las constructoras. Recordemos lo mucho que se ha tenido que pervertir el proyecto del parking de la Catedral para que acabara resultando rentable para Sarkis.

Y quedan flecos que nadie acaba de explicar. El caramelo de los treinta millones de euros es muy tentador, pero el coste para la ciudad de un aparcamiento duplicado no es tan fácil de medir y puede ser bastante mayor que los treinta millones de marras.