En pelota las cosas no son así

Estamos ya en plena campaña. Hoy le tocaba el turno a Bilbao y Bizkaia y eran Jose Luis Bilbao e Iñaki Azkuna quienes presentaban el proyecto del complejo pelotazale denominado “Bizkaia” que, como manda el calendario, comenzará a construirse en marzo de 2007. En el transcurso de la presentación del que será "el mayor frontón de España” ( “de Bilbao tenía que ser” ), decía Azkuna que "es hora ya de tener un pelotari vizcaíno campeón otra vez. Ya está bien. Llevamos muchos años de sequía tremenda y esto tiene que ser un acicate para que los chavales vizcaínos quieran ser campeones".

Difícilmente surgirá un campeón de 100 metros lisos o de pértiga allí donde no cuenten con unas instalaciones adecuadas y ajustadas a las exigencias del deporte de élite. Lo mismo cabe decir del baloncesto o de la natación. Ahora bien, si de esos deportes pasamos a hablar del fútbol o del ciclismo, las cosas ya no están tan claras y todos tenemos en mente el nombre de verdaderas figuras de las respectivas modalidades que han surgido en entornos que no destacaban, precisamente, por sus instalaciones de “alto rendimiento”.

Pero si damos un paso más y hablamos de pelota, la experiencia, lejos de confirmar la hipótesis inicial, viene a avalar -casi- la contraria. Si nos remontamos algunos años y recuperamos nombres de campeones como Retegui, Arretxe, Tolosa, Errandonea, Galarza, Eugi, Beloki, Xala, Barriola, Titín, Olaizola(s), etc, etc…, ¿cuántos de ellos necesitaron de unas instalaciones de lujo para demostrar lo que "se traían entre manos"... y nunca mejor dicho?, ¿cuántos, por el contrario, ha alcanzado la txapela de campeón a partir de muchas horas de peloteo diario en “el frontón del pueblo”?

No quiero con esto ignorar el interés que unas instalaciones como éstas tendrán, a buen seguro, para la ciudad, para las empresas y, porqué no, para los pelotaris, pero sí conviene que nadie se deslumbre (en Bilbao es difícil, pero…) con la jaula y que esperen a oir el canto del pájaro.