Demócratas de toda la vida

Leía esta misma tarde, aunque bien lejos de sorprenderme, en uno de esos muy liberales y muy europeos y muy democráticos blogs por los que pulula lo más granado (y dicen que "civilizado", auskalo!) de la derecha española, un curioso comentario firmado por José María de Areilza Carvajal al hilo de un texto en inglés sobre "terrorismo y valores europeos" que, traducido viene a decir algo así como:

"Coincido con tu reflexión, Miguel, desafortunadamente todavía hoy los terroristas vascos son a menudo catalogados por las instituciones europeas o por los Estados miembros de la UE como "patriotas descarriados" y estos asesinos, en vez de recibir el rechazo que se merecen bajo la premisa de la defensa del Estado de derecho a la que apuntas, son a menudo contemplados con simpatía".

"Una idea más: la unidad de cada Estado miembro [de la UE] supone un valor en sí mismo, dado que apoyar y promover la identidad nacional es uno de los principios que subyacen en la base del proyecto europeo" [N. de. t.: y no anda errado en ello, pero ¿acaso no es la vasca precisamente... una nación? Ah, que se confunde Areilza con Estado, me apuntan]. Y finaliza: "La Unión debería ayudar a los Estados [miembros de la UE] a defenderse contra el separatismo, incluso si este ideario político no se defiende recurriendo a medios como la extorsión, las bombas o las metralletas."

Se trata de un blog que admite también comentarios en español, de manera que...

Como reflexión personal, me resulta sinceramente difícil de calificar un cúmulo tal de despropósitos.

En primer lugar, por lo que supone de traición al ideal europeo, que no dice nada de lo que Areilza dice que dice, y que personas como Agirre o Landaburu conocieron y defendieron con pasión, conocimiento y visión de patria vasca.

En segundo lugar, porque pone de relieve lo que en el PP se entiende por democracia.

En tercer lugar, por la ridiculez de presentar al desnudo las obsesiones políticas de un partido español de discutible pedigrí democrático como una opción de ayuda de las instituciones europeas para con los Estados miembros de la UE: ¿Cuántos, a día de hoy, habrán solicitado ayuda a Bruselas para defenderse de ese "nacionalismo obligatorio" que acosa sus existencia?

Significativo. Y mucho. Pero nada sorprendente.

Hartza