Nueva tarde de manifas


Ya no nos quejamos. Nos pasamos medio 2006 reclamando la presencia activa de la ciudadanía de Euskal Herria en esta fase de resolución del conflicto. Tuvo que llegar el nefasto 30D con dos asesinatos de ETA para que los diversos (que lo son) sectores ocupasen la calle exigiendo una salida digna y la construcción de diques para impedir la marcha atrás. Hoy son dos las citas en Bilbao: Milakabilaka y el Obispado de Bilbao. No será tarea fácil. En Madrid el facherío también se concetrará,...

... justo para reivindicar lo contrario. Gran parte de la Conferencia Episcopal ultra también acudirá a la cita del Foro de Ermua, aunque sea disfrazada. Todos, menos su presidente, de quien el carroñero M. Buesa ha manifestado: "Blázquez se ha convertido a lo peor que se podía convertir, que es al nacionalismo.". Otra vez frente a frente, los que claman democracia, justicia y paz contra quienes se movilizan por odio, como en el 36 del siglo pasado.

El PNV y el PSE también se han sumado a la concentración convocada por el obispo de Bilbao monseñor Blázquez bajo el lema "Muévete por la paz-Zure pausoa, bakerako hauspoa". Los socialistas, una vez más, a por esa fotografía que les posicione justo al otro extremo de los neo-franquistas del Foro de Ermua, del PP y de la Conferencia Episcopal. El altavoz de los obispos, Federico Jiménez Losantos, no podía quedar sin intervenir. Ya ha expandido a los cuatro vientos lo de la manifestación buena y manifestación mala ¿A alguien le quedan dudas sobre cuál es cuál?

Ayer me encontré con un texto que, firmado por gente conocida de la izquierda abertzale, hace un llamamiento a la manifestación de Milakabilaka, también esta tarde en Bilbao. Leedlo y, independientemene de quién lo firma, quedaros con el contenido:

"Somos conscientes de que no va a ser fácil que a los políticos y agentes que han paricipado y están participando en esa labor no les va a resultar una tarea sencilla. En primer lugar la solución requiere una correspondencia, un acercamiento entre personas que en muchos casos habían roto todas la vías de comunicación, y así mismo recuperar la confianza y las relaciones entre las diferentes sensibilidades. Sabemos que no va a ser fácil, que, a menudo, la desconfianza hará acto de presencia en las reuniones, pero los ciudadanos y ciudadanas no podemos permanecer mirando el tren como vacas que pastan. No nacimos para ello. Nuestras vidas son responsabilidad nuestra. Somos nosotros los dueños absolutos de nuestro futuro y de lo que nos suceda. Los ciudadanos somos imprescindibles para lograr la solución: somos la garantía misma del acuerdo que nos afecta."

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