¿Y si no condenan a ETA?


Euskadi-España

¿Por qué exigen a Batasuna que condene la violencia? Rabanera se niega a ejecutar un acuerdo de las Juntas para instalar un monolito en recuerdo de las víctimas del franquismo. Los del PP, no sólo Rabanera, se niegan a condenar el millón de muertos ocasionados por el levantamiento militar franquista. Con el advenimiento de la democracia el tardofranquismo se incrustó en ella con uñas y dientes, para controlarla y vigilarla desde dentro.

Llegado el momento sacaron los tanques a la calle, ocuparon el Congreso y, consecuencia de ello, armonizaron todo el proceso autonómico ¿Quiénes pagaron por aquellos hechos? ¿Acaso el Rey? ¿Acaso los tapados? ¿Acaso todos los guardias civiles y militares que participaron en la asonada? ¿Acaso los civiles que, desde los despachos, observaban gozosos los primeros movimientos?

No, no señores, sólo purgaron sus delitos cuatro o cinco gallitos que, por cierto, hace muchos años están excarcelados. No hay razón de peso para achacar al mundo civil del MLNV las responsabilidades de los crímenes de ETA. Ahotsak, que no condena a ETA, reivindica para sí independencia respecto de las formaciones políticas y agentes sociales. Quieren ser ellas mismas. Pues dejemos a los civiles del MLNV que sean ellos mismos, que con sus hechos demuestren su real voluntad de apostar por vías pacíficas y democráticas.

Gran parte de los agentes políticos españoles, tanto del socialismo como del unionismo ultra, a los que, con escaso margen para la reflexión, también se han unido portavoces jeltzales, han incidido más, en sus valoraciones, en la ausencia de denuncia explícita de la violencia que en el fundamento, que no es escaso, de la propuesta. Una frase del editorial de El Correo arroja luz sobre la duda, dejando bien a las claras cuál es el orden de prelación de sus inquietudes: “Aunque la propuesta esté revestida de una apariencia posibilista, su coraza ideológica evidencia el encastillamiento de la izquierda abertzale en sus planteamientos de siempre, a lo que se añade su negativa a condenar el terrorismo.”

Es más que evidente que, para el diario de Vocento, la negativa a la condena no es más que un añadido, y lo sustancial es lo otro, eso que llaman coraza ideológica que evidencia el encasillamiento de la izquierda abertzale. Así de claro. El problema es de orden ideológico y, además, abertzale: “Es posible que quienes aún confían ingenuamente en una rápida metamorfosis del mundo de Batasuna, o aquéllos que se felicitan de esos gestos por acomodarse a sus propios intereses.” ¿A quiénes se refiere? Nos lo aclara Kepa Aulestia en el mismo diario: “la izquierda abertzale vuelve sus ojos hacia el resto de los nacionalistas para tratar de acumular fuerzas con ellos (…) pretensión no va más allá de tratar de desbaratar la oposición jeltzale” Ya lo dijo aquél, en este caso aplicado a Aulestia: los conversos a la cola.

Tampoco comparto el criterio utilizado por el mundo del MLNV, por Gara concretamente, que justifica este nuevo viraje político, también suyo, por considerar que “deja atrás el particionismo, eje del modelo autonómico en vigor en el último cuarto de siglo”. Reparar en ello y omitir el camaleonismo ideológico del MLNV en los últimos 30 años es de Pravda. Yo recurriría a la autocrítica, porque el sesgo ideológico acumulado al día de hoy respecto de KAS o Oldartzen es más que evidente.

No hablemos de ganadores o perdederos, no, pero no seamos tan pueriles como para decir que: “con esa devolución del derecho a decidir a la ciudadanía el marco resultante gozaría de un nivel de legitimación democrática del que hoy por hoy carece.” Y no hay que ser pueril porque la propuesta, como Gara bien lo dice, es una propuesta de la La Comisión Negociadora de la Izquierda Abertzale, "desde su perspectiva". ¿Qué nos transmite Gara con ese “desde su perspectiva”? Debiera aclararnos si con ese “su” se refiere a que es sólo una propuesta de la Comisión o lo es de toda Batasuna (incluir a todo el MLNV me parece una temeridad e irreal), o si se refiere, sería lo lógico, a una propuesta, no de mínimos, presentada por Batasuna para ser debatida en la mesa negociadora.

Por cierto, esta “Anoeta desarrollada” no es un abandono del Zazpiak bat, es una visión realista de Euskal Herria después de 220 años de republicanismo francés, 150 años de abolición foral (con mermadas restituciones), 40 años de franquismo y 35 años de constitucionalismo. Así de simple. La gente se acomoda, y más en la Europa del siglo XXI, a la vida fácil y no a la interminable vida de trincheras. Si a eso sumamos que cada vez somos más mayores, pues resultará que también somos más conservadores y más necesitados de las instituciones. Hay lo que hay.

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