Nuevo documento-propuesa para los lehendakaris


Más de cinco veces hemos exigido, en el transcurso de las negociaciones tripartitas (PSOE, PNV y Batasuna) en la fase previa del proceso de normalización, que se pusiera a la ciudadanía al corriente del grueso de las deliberaciones de los miembros de la Mesa en la sombra, aun siendo conscientes, como lo éramos, de que estos contactos siempre necesitan de cierto grado de discreción ¿Hubiéramos asistido al mismo final decepcionante si, en octubre, los ciudadanos hubieran estado al tanto de la gravedad de la situación? Posiblemente no.

Ahora es Ramón Zallo, con su artículo Una (posible) "hoja de ruta", quien pretende recuperar lo que los agentes intervinientes en la mesa tripartita tenían avanzado y elaborado en el documento “Bases políticas del futuro acuerdo”, con la intención de depositarlo en manos del lehendakari, para que éste, en nombre de la sociedad vasca, lidere la nueva fase.

Para Zallo un primer paso consistiría en dar cuenta del documento a todos los partidos del arco parlamentario de la CAV para, en un segundo paso, someterlo a la consideración del Parlamento Vasco, con el objetivo de que lo desarrolle, mejore y, si procediera, lo apruebe por mayoría absoluta. Estima Zallo que quines llegaron a aquellos acuerdos (PSE, PNV y Batasuna) difícilmente podrían ahora oponerse a él con la excusa de que no estamos en tregua pues “esto sería tanto como vincular la paz con la negociación política.”

Este nuevo documento-propuesta incluye "una propuesta de un órgano institucional común para los cuatro territorios peninsulares con atribuciones solo ejecutivas y de propuesta legislativa, residiendo naturalmente la soberanía en los Parlamentos respectivos”.

La propuesta pudiera valer si alguien me explica como solventamos la implicación navarra y la cuestión del Nuevo Estatuto Político aprobado, también él, por mayoría absoluta el penúltimo día de 2004. Por una parte, si el documento habla de un órgano institucional que agrupe a los territorios de Hegoalde, y el tema en cuestión es relevante, es imprescindible contar con el visto bueno del Parlamento navarro, para que también los partidos del arco parlamentario navarro reciban la propuesta, la desarrollen, la mejoren y, si es el caso, la aprueben por mayoría absoluta.

Por otra parte, una propuesta que también trata el derecho a decidir de los vascos y navarros y de la consideración de Euskal Herria como nación no puede ser liderada exclusivamente por el lehendakari de la CAV. También le corresponde al lehendakari navarro, posiblemente Puras, implicarse en un contencioso al que es preciso dar una salida, incluso con atentados de ETA.

Si esta nueva iniciativa de Zallo, a quien no me lo imagino lanzándose en solitario a la piscina, germina, poco futuro le deparo yo al Plan Ibarretxe, puesto que necesariamente confluirían los recorridos de ambas comunidades (CAV y Navarra) y, evidente es, el Nuevo Estatuto Político sería un instrumento escaso para dar cabida en su seno al conglomerado vasco-navarro. Si alguien no lo cree así, que me lo explique.

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