De lo que siembres, recogerás


Después de años enredando en el mismo pozo, terminamos por repetirnos constantemente. Bien por cumplir con el manual del buen blogero, bien por hacer caso al proverbio chino “más valen las críticas de uno sólo que las aprobaciones de mil”, bien porque hasta nuestro presi tiene su blog, o bien porque así me da la gana, diré que (por muy repetitivo que parezca), también en estas elecciones se juega mucho el PNV y, más aún, el mundo abertzale. Añadiré, además, que a nivel personal algunos se juegan más que otros, porque quienes ven danzar sus cargos en la administración, en el parlamento, en las sociedades dependientes de Lakua, en las empresas contratadas por el actual gobierno, (…) todos esos se juegan más que los otros. ¿O no?



También yo, que no soy cargo de sueldo, me la juego, porque creo que venimos bastante trasquilados de la Consulta (mostré mi decepción sobre lo de Estrasburugo) y el que acertemos en el corto plazo va a ser fundamental para el futuro del del Partid y del soberanismo. Admito, sin embargo, que mis preocupaciones no están necesariamente unidos a los resultados del PNV, pues bien pudiera ser que una coalición electoral de ámbito abertzale se presentara, obtuviera un gran resultado y estuviera en disposición de desarrollar el programa que, en circunstancias normales, pudiera corresponderle al PNV. Unos están ligados a un resultado determinado; otros pueden ver satisfechas sus aspiraciones aún en el caso de que su partido pierda las elecciones. Es antes la patria que el partido. ¿O no?

Conclusión: que se esmeren, que se preocupen, que reflexionen, en definitiva, que empiecen a apechugar —desde ya— quienes ven condicionado su futuro por un determinado resultado electoral. Así, de la misma, exigiría a los responsables másximos de mis ejecutivas que se hicieran con una lista de los cargos de todo pelaje que, en su mayoría, gestionan bien la administración, y también de aquellos que están porque había que colocarlos en algún sitio, de todos ellos, para hacer algo ya arriba comentado: una buena gestión de recursos humanos, que falta nos hará. No es de recibo exigir a un simple militante que cumpla después de sus horas laborales y no hacer lo propio (y redoblado) con los que cobran. Como tampoco es aceptable que un responsable máximo del partido evada su responsabilidad en lo de las exigencias con el peregrino argumento de que “a esos los ha elegido tal consejero o tal diputado y yo no tengo nada que hacer”. No vale.

Los cargos de libre designación son cargos políticos, y todos ellos (¡¡todos!!!) deben responder como tales. Y después, si la fortuna sonríe y toca repartir, haremos balance entre todos, y a cada cual debiera dársele en función de su aportación, aparte, evidentemente, de su capacidad.