¿Jubilados o expertos?


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La noticia me hace recordar alguna intervención anterior de Hemengo en esta página.

En su momento, en el contexto de algún comentario a la flamante Ley de Igualdad de la que nos hemos dotado en este país, ponía Hemengo sobre la mesa el olvido que nuestra sociedad corre el riesgo de dedicar a quienes han alcanzado una cierta edad y/o se encuentran jubilados o en situaciones equiparables.

Reividicaba entonces Hemengo, y con éstas líneas pretendo hacer pública mi adhesión a tal causa, el protagonismo que este colectivo debe tener en múltiples aspectos de la realidad social: desde el que podría percibirse como más encumbrado (¿el político?), hasta el más discreto. Me refiero a un protagonismo que no debe ser resultado de una falsa caridad o un caricaturizado sentimiento de comprensión hacia quien suponemos ocioso, sino que hablo del protagonismo que merecen unos ciudadanos que, ahora más que nunca, a la vuelta de una vida profesional están en perfectas condiciones de permanecer en activo y aportar sus conocimientos y su experiencia y de hacerlo, además, ajenos a la influencia de afanes de lucimiento o de medraje, etc... más propios de otros momentos vitales.