La gallina, la nana y el pin.


En su momento fue la gallina vasca, más tarde tuvimos que aguantar lo de la nana pro-etarra, según la calificó el sin par Santiago Abascal, y ahora es el pin que el Ayuntamiento de Getxo propone llevar a los vecinos que lo deseen, manifestando así su deseo y disposición de comunicarse en euskera.
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Como entonces, también ahora se han alzado, escandalizadas, las plumas de la “pastoral constitucional”, “hitlerizando” la insignia, al alcalde y, de paso, a Sabino Arana…

textoalternativoUn pin…, ese es ahora el objeto de la discordia. Un pin que, dicen, discrimina. Un pin que, dicen, va a convertir Getxo en un gueto. Un pin que, dicen, es la reedición de las estrellas amarillas que la Alemania nazi impuso a los judíos, aunque en este punto tienen los “literatos” que hacer la pirueta de decir “es como lo de los judíos, pero al revés”.

Tengo un vecino que al que le gusta el vuelo sin motor. Hasta ahora le tenía por persona cabal y su afición no me levantaba ninguna sospecha. Le gusta llevar un pin de la asociación de vuelo sin motor a la que, creo, pertenece y, hasta ahora, no percibía yo el mal intríseco que encierra semejante “complemento”.

Ahora, con lo que he leído, en cuanto le vea, voy a ser claro: le voy a exigir que abandone su actitud filo-nacionalsocialista que no hace sino discriminarme… No se que me dirá, pero si me pone pegas, estoy preparado para abrumarle con la prolija doctrina constitucional que estoy leyendo al respecto. Así de claro.

¿Y el pin de los antiguos alumnos de los escolapios…? ¿se puede llevar?.

Quédense con la nueva expresión: “estigmatización por ausencia” -el copyright lo tiene D. Vicente Luis Mora- porque lo mismo tiene éxito y pronto la vemos incorporada al léxico habitual de la literatura de damnificados por el nacionalismo.