¿Nacionalista & abertzale?


Sin entrar en disquisiciones semánticas ni terminológicas, me acercaré al tema inducido por una charla entre amigos. El caso es que uno de ellos, del PNV, en un intento de argumentar las potenciales diferencias que pudieran darse entre distintos sectores del mundo nacionalista/abertzale, se expresó tal como así: “nosotros los nacionalistas en muchos aspectos tenemos poco que ver con los abertzales”.

No es ese un caso aislado dentro del PNV, y de la propia EA, por mucho que éstos pretendan escorarse a la izquierda y al abertzalismo radical. Tengo para mí que, independientemente de cómo se identifiquen unos u otros, en el día a día sí se advierten esos matices que, a veces, son de tonos llamativos.
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Un servidor considera que un nacionalista/abertzale está dotado de una ideología y discurso determinados, marcados, ambos dos, por la tradición, principios y ponencias políticas de los partidos, concretamente del PNV. Pero hasta un mal observador como yo se percata que dentro de ese mundo hay espacios ocupados por sensibilidades distintas, se me antoja que, a veces, hasta antagónicas.

¿Cuál es la visión que el común jeltzale tiene sobre la territorialidad, sobre ese conjunto de siete territorios que conforman Euskal Herria? Miles de ellos hablan, hoy mismo, de Francia cuando se refieren a Iparralde. ¿Cuántos de ellos consideran al euskera como idioma propio de Euskadi (Euzkadi, Euskal Herria o lo que sea), y están dispuestos a realizar un verdadero esfuerzo por implementar su uso? A un porcentaje elevado de cargos políticos este tema les escuece y prefieren obviarlo. ¿Cuántos afiliados tienen por irrenunciable ni inaplazable, ni táctica ni estratégicamente, el derecho a la libre decisión? Gran parte de ellos tendría a bien marcar plazos tácticos dentro de una estrategia asumida pero dilatada.

Las cuestiones pueden plantearse in eternum. A veces hasta creo que a muchos de ellos les cuesta conectar, producir empatía ideológica. Ausencia que, mayormente, es superada con la advocación a un bien superior que es el Partido; no un partido cualquiera, indeterminado, sino Alderdia, bakarra.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

A un porcentaje elevado de cargos políticos este tema les escuece y prefieren obviarlo. (Hemengo dixit)

Creo Hemengo que ni siquierqa es que les escueza, es que las sensibilidades de las que hablas, una y otra, son entendidas en esos cotos cerrados como circunstanciales.

Salvando las honrosas excepciones que, seguro, las hay, esos colectivos de los que hablas ni siquieran tienen una sensibilidad que se pudiera decir distinta a la que comentas. Cuando desde esos ámbitos se invocan cuestiones como el pragmatismo, la gobernabilidad, la capacidad de adaptarse a circunstanmcias cambiantes, etc...no se está hablando de ideología ni de sensibilidad política. Esos mismos que hoy beben los vientos por "aguar" los recientes enunciados del partido, sesgados -juzgan- hacia un soberanismo sin salida, no lo hacen -la mayoría- desde la afirmación de una posición política discrepante, sino desde el terror a las consecuencias que creen puede acarrear(les) semejante planteamiento.

Sería un ejercicio interesante recurrir a las hemerotecas y decubrir las afirmaciones de muchos de quienes hoy defienden esa necesidad de moderar el discurso, defendiendo posiciones bien distintas. ¿Tal vez porque pensaban distinto?, me temo que no, simplemente porque era lo que creían que, entonces, gustaba escuchar en las altas esferas del poder interno. Ellos no han cambiado de pensamiento, es que creen que, ahora, lo que gusta oir arriba es otra cosa.

14 julio, 2005 20:26  

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