Se va el caimán, se va el caimán...

Tiene que ser triste ir de un lado a otro, sabiéndose depositario y portador de las más puras esencias del "ser" alavés y del "ser" de la democracia y, ¡fatalidad!, no encontrar acomodo –al menos estable o cuasi definitivo- en ninguno de los colectivos que, dicen, perseguir la definición y el logro de semejantes condiciones.

Todavía nacionalista, creyó don Emilio ser quien mejor entendía la propia naturaleza de Araba y quien, por lo tanto, mejor podía definir su engarce con el resto de los territorios históricos. Pero no le entendieron y, fracasada su “rebelión a bordo”, hubo de conformarse con salir por la puerta de atrás.

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Llegó luego la singladura independiente-socialista, primero como modesto Procurador en Juntas Generales y pronto, en reconocimiento a su saber hacer por Álava (ahora ya en la lengua de Cervantes), le correspondió la redacción del nonato borrador de la propuesta estatutaria socialista. Sería zafio preguntar si percibió alguna remuneración por dicho trabajo, así que mejor ni lo planteamos. Quedará para la ciencia ficción conocer el recorrido que pudo llegar a tener semejante remedo estatutario, pero ello no fue obstáculo para que nuestro peregrino fuera llamado a encabezar las listas socialistas (recuerde el lector que él lo hacía como independiente…) en la circunscripción alavesa y es que Ferraz, entonces, si pagaba a ... conversos.

Quedarán, esta vez para la historia, aunque por distintos motivos, algunas intervenciones de don Emilio acerca de cuestiones tan variopintas (el saber enciclopédico de algunos es lo que tiene) como la deseada integración de Navarra y la CAPV, la condición sexual de los parlamentarios, el recurso a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para acabar con la disidencia vasca, o la defensa numantina de la personalidad propia de la Caja Vital frente al expansionismo bizkaino y gipuzkoano.

Ahora que anuncia su reincorporación, a tiempo completo, a la actividad profesional en su despacho (y es que es más “interesante y creativo” atender los muchos y variados informes y dictámenes que, sin duda, le habrán de demandar ahora desde las instituciones -filosocialistas- alavesas…), vaya un ruego desde estas líneas: no descarte, por favor, un posible regreso a la política activa y considere cuando menos una opción escasamente explorada y reservada sólo a los “elegidos” y es que Vd. mismo funde algún día su propio partido político, al más puro estilo del otro inefable D. José María Ruiz Mateos.

A la espera de sus noticias, reciba el testimonio de nuestra consideración más distinguida.