Los atajos de Román Knörr

Román Knörr hace trampas y sólo le gusta "jugar a demócratas" cuando sabe que va a ganar. Esta es la conclusión a la que llegaría cualquiera que se aproxime al proceso, ahora en marcha, de renovación de los órganos de gobierno de la Cámara de Comercio de Alava.

Por situar las cosas digamos que las elecciones tendrán lugar el próximo día 27 de Febrero. En esa fecha se elegirán 24 de los 27 miembros del Pleno, que habrán de salir de entre los designados, mediante un elemental procedimiento democrático, en cada uno de los grupos y categorías en los que se hubieran postulado, según el tipo de actividad que desarrollen las respectivas empresas.

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Y ahora viene cuando la matan, porque los tres vocales restantes no son designados mediante una elección directa, sino indirectamente por aquellos otros 24, y de entre las cuatro personas "de reconocido prestigio" presentadas por la Federación Alavesa de Comercio y Servicios y SEA Empresarios Alaveses.

¿Por qué decíamos que Roman Knörr hace trampa y no le gusta ni la democracia ni, mucho menos, perder? Sencillamente porque, así como el otro candidato a la Presidencia de la Cámara, Josu Lapatza, sí que se somete al juicio del “censo electoral” desde las “primarias”, dentro del grupo que le corresponde de entre las agrupaciones sectoriales de empresarios, el señor Knörr pretende irrumpir en el proceso únicamente a partir de la designación previa de los 24 vocales. O lo que es lo mismo, si Knörr entiende que tendrá mayoría suficiente entre esos 24 vocales, será pacíficamente designado vocal, en primer lugar, y luego Presidente de la Cámara. ¿Qué los resultados de aquellas primarias no le aseguran su designación como Presidente?, pues alega una indisposición intestinal, hace las maletas y se va a ver cómo gasta la pasta que le ha “caído” del BBVA

No parece que ésta forma de proceder sea el mejor aval de un candidato a la Presidencia de la Cámara de Comercio. Quien aspire a esa Presidencia con un mínimo "barniz" democrático, ¿qué menos que pedir la confianza directamente de sus electores, es decir, de los empresarios que componen el censo electoral y someterse a la valoración de éstos?.

Presentarse por la puerta trasera y con los ases en la mano, como pretende hacer Román Knörr, es teñir de indigna (legal y legítima, pero indigna) la Presidencia de la Institución. Actuar así es hacer crucigramas con la hoja de los resultados escondida entre las piernas.

Desde estas líneas llamamos a que los empresarios de Álava conozcan esta "jugada", sean conscientes del atajo que pretende aprovechar el Sr. Knör y lo tengan en cuenta a la hora de emitir su voto el próximo día 27 de Febrero.