¿Cuántas mesas?


¿Qué es primero, el huevo o la gallina? Este fin de semana el diario Gara ha publicado dos extensos artículos que, supongo, son marca de la casa. En el primero de ellos parte de la premisa de que el pueblo vasco es uno, y también único el conflicto. Luego, aunque plantee la cuestión con interrogantes, del texto se deduce que para los autores lo ideal sería una única mesa de partidos para toda Euskal Herria.
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Tengo mis dudas ante las dos primeras premisas y, en consecuencia, también ante la síntesis. Hablar de un único pueblo es un tanto quimérico aún hoy día. Y lo es incluso para un buen sector del mundo abertzale, fundamentalmente del sector menos ideologizado del PNV, y no digamos nada del mundo del PSOE, del PP o de UPN. Curiosamente tengo para mí que el sentimiento de pertenencia a Euskal Herria está más arraigado entre los partidos estatalistas de Iparralde que entre los de Hegoalde.

Para que se pueda conformar una mesa con garantías en Navarra hay que esperar a las elecciones de 2007, y vencer a los navarristas. Chivite sí que acudiría a una Mesa única si Zapatero se lo ordenara, pero de mala gana. Mientras la mayoría absoluta la ostenten UPN/CDN esa mesa, sin ellos, carecería de la legitimidad necesaria para representar a los navarros. En el caso de que una unión de partidos descabalgara a UPN/CDN sí podríamos hablar de representantes de la voluntad mayoritaria del pueblo navarro.

Iparralde vive un momento delicado. Los partidos abertzales no llegan al 12% de una población de 250.000 habitantes. Pero cabe decir, empero, que jamás hasta hoy buena parte de los lideres de partidos estatalistas se habían posicionado tan abiertamente por un departamento propio para Iparralde, aún en contra del criterio establecido desde París. Al respecto son más que anecdóticas las declaraciones de la ex alcaldesa de San Juan de Luz y actual ministra de Defensa Michèle Alliot-Marie: “En la medida en que nos demos cuenta, en el futuro, de que hay una voluntad real de alto el fuego y una búsqueda cierta de soluciones, se podrán abordar todos los temas. Repito, todos”.

Esta misma semana JJ Imaz se ha reunido con el presidente del IBB para relanzar un campaña de captación de nuevos militantes y de divulgación del proyecto abertzale y jeltzale en Iparralde. Este acontecimiento es uno más entre los muchos que se están llevando a cabo, siendo el más importante de ellos la campaña impulsada por la plataforma Batera para recoger 46.000 votos que darían opción a convocar una consulta pro-departamental. Plantear a los agentes socio-políticos la tesitura de integrarse en una única mesa porque uno es el pueblo y uno el conflicto es, más que aventurado, un grave error de cálculo. De hecho Abertzaleen Batasuna (AB) no tuvo reparos en el Aberri Eguna por diferenciar los tres ámbitos territoriales dentro de una soberanía asimétrica.a

Las prisas son malas consejeras y la izquierda abertzale siempre las ha tenido. Tanto, que en estos últimos 30 años ha dado al traste con un montón de opciones de avanzar sin prisas ni pausas hacia un encuentro paulatino de los territorios de Euskal Herria. En el artículo comentado se plantea la doble posibilidad:

"Si se trata de abrir el proceso desde el ámbito nacional y luego acondicionarlo a cada realidad o, por el contrario, hay que partir desde cada ámbito para llegar a completar, como si fuera a trozos, un proceso integral."

Yo opto por la segunda alternativa.