Ahora, aplauden a Zapatero


Son curiosas las evoluciones ideológicas personales. Aún más las evoluciones observadas en la actitud de ciertos personajes, muy conocidos algunos de ellos; hasta muy poderosos, podría decirse. Nos referimos a A. Elorza, Jose Ignacio Calleja (no confundir con J.M. Calleja) y Felipe González. El ex-presidente salió al encuentro de los medios contrarios a Zapatero y, por ende, cercanos al PP,...

... que ponían en boca suya manifiestas discrepancias respecto de la línea trazada por Zapatero en el Proceso de paz. En un artículo suyo, publicado por El País, antes de nada, se explica "En temas claves para nuestro país, como la política territorial o el proceso para acabar con la violencia terrorista, algunos dirigentes del PP, y sus epígonos mediáticos, cometen el error continuado de utilizarme para atacar al presidente del Gobierno, incluso metiéndome en sacos en los que no quepo". Podríamos aplicarle la máxima de excusatio no petita, accusatio manifesta?.

Ya después baja a la arena de las valoraciones políticas y a apreciaciones subjetivas sobre posibles y viables modificaciones normativas que pudieran servir de garantía al proceso iniciado por Zapatero "Son necesarias estas reformas tras un cuarto de siglo de transformación profunda de lo que fue un Estado centralista y autoritario en otro descentralizado y democrático, como previó la Constitución, en cuyo marco y con cuyas previsiones formales se ha venido realizando y debe continuar desarrollándose. (...) Cada poder establecido constitucionalmente debe asumir las tareas que esté en mejores condiciones de desempeñar. Y esto es revisable, tras 25 años de experiencia, por la dinámica lógica de la puesta a punto de la experiencia y la aplicación del principio de subsidiariedad."

Antonio Elorza es el que más atrevido en sus pronósticos, y no es la primera vez: "Vamos hacia un Estado dual, y si en Euskadi se repite agudizado el episodio catalán, hacia una confederación asimétrica, con previsible reconocimiento velado para los vascos del "derecho a decidir", léase futura autodeterminación. Sin esa concesión no habrá acuerdo político, y ZP necesita como sea el acuerdo para ver confirmada su imagen de pacificador."

Por otra parte, el profesor de Ética Social José Ignacio Calleja plantea en un artículo de El Correo El derecho a un proceso de paz "Sé que hemos de ponerle unas 'líneas rojas' a la acción política, por dignidad del sistema democrático y de los ciudadanos. Son los derechos humanos, es la Constitución (reformable) y es la 'experiencia histórica' de pueblos en situaciones análogas. Lo que no puede hacerse es negar la existencia de los problemas, los modos como la gente los plantea y las salidas que parecen abrirse."