Las imputaciones, ¿desde la barrera?

Estábamos ya tristemente acostumbrados a las causas contra la Izquierda Abertzale. Luego vino el episodio judicial contra Atutxa, Knorr y Kontxi Bilbao. Ahora llega el “turno” de Ibarretxe, de Imaz, de Agirre y de Arzalluz. Es más que probable que este constante desfile de la clase política vasca (o de una parte de ella) por los juzgados, constituya un caso único en la historia reciente de naciones y estados que se dicen democráticos.

¿Seremos capaces los ciudadanos vascos de asistir impasibles a semejante atropello? ¿Daremos por bueno, una vez más, el manido argumento de primar la frialdad y el análisis intelectual de la coyuntura política, frente a las demandas “irracionales” del sentimiento y del corazón?.

En mi fuero interno, me resisto a permanecer de brazos cruzados, esperando que la actual lista de imputados vaya aumentando en función de los caprichos y el afán de protagonismo de este o de aquél juez. Me resisto a ello y me sublevo ante la idea de permanecer callado y quieto. No puedo asumir como propia la búsqueda del acuerdo entre diferentes mientras no se me reconozca previamente la misma entidad, los mismos derechos y la misma legitimidad de la que disfrutan, esos “diferentes”.

En fin, igual estas reflexiones son sólo las sombras de mis fantasmas particulares.