Tratando de superar la sorpresa inicial


Inmersos todavía en la resaca de las detenciones practicadas ayer, la sorpresa que, decíamos, nos había producido, parece generalizarse y da pie hoy a las más variadas interpretaciones, de entre las que nos hemos fijado en dos de ellas:

Alberto Surio, en Diario Vasco, "leyendo entre líneas" la operación policial de ayer, sugiere varias hipótesis en cuanto a su intencionalidad:

Primera: oficialmente se dice que el Estado de Derecho no está en tregua y que no puede haber zonas de impunidad (…) pero las operaciones policiales en este tipo de coyunturas históricas siempre pueden ser interpretadas a la luz de sus “efectos colaterales”, uno de los cuales podría ser un aviso a navegantes del Gobierno para ETA y su entorno, acerca de las consecuencias que podría tener el incumplimiento del carácter universal y permanente del cese de cualquier forma de violencia, incluía kale borroka y la extorsión económica.

Segunda: fortalecer al presidente Zapatero en una coyuntura bien difícil, en la que va a arrancar el proceso de diálogo con ETA no sólo sin el concurso del PP sino con el rechazo frontal del principal partido de la oposición. Con la operación contra la supuesta red histórica del impuesto revolucionario se buscaría, según este argumento, amortiguar y ejercer de secante ante una percepción social de irritación ante el comienzo de unas negociaciones que se presentan complejas y difíciles. Es decir, concluye Surio, “un mensaje dirigido a neutralizar al PP en vísperas precisamente de que el Gobierno designe de forma inmediata a sus interlocutores".

En El País son más rocambolescos y achacan las recientes detenciones al clima de ambigüedad de la situación actual: existe un alto el fuego calificado de permanente, pero la propia banda lo ha considerado compatible con el derecho a financiarse mediante los procedimientos habituales, porque "la lucha de liberación continúa". Así desde el editorial de hoy, parecen mandar un recado a ZP: "sólo el Ejecutivo dispone de la información necesaria para saber si ha llegado el momento de iniciar el diálogo directo con la banda. (...) pero la claridad sobre los límites (no caben contrapartidas políticas) es condición para que el proceso iniciado pueda culminar con bien algún día".