Irreversible

Todavía pendientes de las consecuencias del robo de armas en Nimes, Iñigo Urkullu evita hablar de bloqueos y de verificaciones, poniendo el acento en la necesaria diferenciación de los dos procesos de paz y de normalización y en la irreversibilidad de este último: “Un proceso de diálogo político no tiene que estar a expensas de que el proceso de pacificación avance o no o de que haya interpretaciones sobre determinados hechos”.

Con todo lo que tiene de patética la aparición de ETA en Nimes ("¿A quién ayuda una aparición de esta naturaleza, de esta manera, con ese lenguaje, con ese discurso?, ¿ayuda al PSOE para que se mueva?, ¿ayuda al presidente del Gobierno central para que se mueva?, ¿ayuda al conjunto de las formaciones políticas? o ayuda al PP en su discurso de acoso y derribo al PSOE?, ¿ayuda a Batasuna, a la izquierda radical vasca que quiere hacer política en función de lo que fue aquella declaración de Anoeta?"), el proceso de diálogo político debe continuar su curso. “El proceso para nosotros no es reversible porque ni la propia base social de la izquierda radical vasca en estos momentos asumiría de buen grado que hubiese una vuelta atrás".