De princesa a puta


Arantza Goioaga es la autora del relato publicado en Izaronews:

"Me llamo Mikel y no sé que hago en esta mierda calabozo. Esa puta de mi mujer que me ha denunciado, pero si sólo le empuje. Vale sangraba, pero es que la sangre ya se sabe que es siempre muy aparatosa. Yo sólo quería ver el partido del Athletic con mis amigos y a Miren no le gusta el fútbol. Bien, que llegué tarde, pero por qué me grita. Me llenó la cabeza de gritos. Ella y el niño. Gritaban. Lloraban."

3 Comentarios:

Blogger burusoila dijo...

Cualquier comentario sobre el tema, resulta complicado y hasta políticamente peligroso, sobre todo en un medio que no está pensado para soportar la chapa que me gustaría soltar sobre el tema. Pero partiendo de la base de que entiendo y comparto el artículo de Arantza Goioaga, aquí va otra versión muy sucinta del tema:
Me llamo Mikel. Era soltero. Tenía la suerte de vivir en una pequeño piso que me dieron mis padres. Conocí a Miren. Ambos trabajabamos. Decidimos vivir juntos, y a Miren no le gustaba el piso que yo tenía. Prefería uno mas grande y mejor situado. Entonces acordamos que yo vendería el piso, su precio lo utilizaríamos para comprar otro que vale el doble pero con los ingresos de los proximos veinte años podremos pagarlo. Acordamos que la totalidad de nuestros recursos de los proximos veinte años estarían destinados a pagar ese piso. También acordamos que si nos separabamos, se vendería el piso y cada uno viviría por su cuenta como personas normales y adultas. Y lo hicimos. Tuvimos un hijo. Lo he cuidado exactamente igual que ella. Hemos repartido nuestro tiempo con precisión militar. Ninguno ha dedicado mas tiempo a nuestro hijo que el otro. Pero apenas tenía un año cuando notamos que las cosas no iban bien entre nosotros. De la noche a la mañana, me llega una demanda de separación. Consulto. No tenga nada que hacer. Ella se queda con la custodia de nuestro hijo. A partir de ahora solo voy a verlo los fines de semana. Ella se queda con el piso. Tengo que irme de casa. ¿A donde?. Con mi sueldo tengo que seguir pagando la hipoteca. Tengo además que pagar una pensión de alimentos, lógica por otra parte. Pero además me tengo que pagar un alquiler de un piso. No me llega. Tengo que volver a la casa de mis padres. Los mismos que ya me dieron un piso para que no tuviese que estar en su casa. Le he pedido a Miren que vendamos el piso para que cada uno pueda hacer su vida. Me ha dicho que ni hablar. Que le voy a pagar la casa hasta que a ella le de la gana. Han pasado cinco años de mi vida. No puedo rehacer mi vida. No me llega para pagar otra hipoteca, la pensión y el alquiler de otro piso. Vuelvo a casa de mis padres. A mi habitación. Tengo treinta y cinco años y todavía me quedan otros dieciocho condenado a compartir piso y vida porque un día acordé dedicar todos mis ingresos a un proyecto que una de las partes decidió romper utilizando las leyes actuales y se quedó con lo que tenía y lo que tendré durante muchos años. Gracias Miren.
Este fin de semana, mi hijo ha venido llorando. No quiere volver a casa con Miren. Ahora en esa casa vive otra persona. Es la nueva pareja de Miren. Regaña a mi hijo sin que Miren diga nada. Le repite una y otra vez que su padre es una mierda. Mi hijo no quiere verle. Voy a llevar al crio con su madre. Se agarra a mi llorando desesperado. No quiere entrar en esa casa. Miren no está. No recoge al niño. Se lo tengo que entregar a ese tio que no se quien es y al que mi hijo odia. No me queda mas remedio. Aparece Miren. Coge a mi hijo de la mano y tira de el para que entre en casa. Le digo que espere a ver si podemos tranquilizar al crio. Ni hablar a casa y punto. Sigue tirando del crio que llora como un descosido. Le agarro la mano a Miren y le digo que se esté quieta. El individuo en cuestión me arrea un golpe y me parte el labio. Cogen al crio y entran en casa. Voy a urgencias. Tres puntos en el labio. Aparece la Ertzantza y que dice que estoy detenido. Miren me ha denunciado. Dice que tiene un parte de urgencias con un enrojecimiento no se donde. Y el testigo es el individuo que vive con ella. ¡Pero si fueron ellos los que me pegaron!. Tengo el labio partido. Es igual. Ella te ha denunciado. Si mantiene su denuncia te juegas seis meses de carcel en un Juzgado especial solo para denuncias de mujeres por un delito del artículo 153. Si la retira, el tema de tu denuncia pasa a un Juzgado común y será una falta castigada con una multa de doscientos euros. Por supuesto, no la retira. Tengo que pactar con el fiscal. Tres meses de prisión, una orden de alejamiento durante un año y de momento además no puedo ver a mi hijo. Vuelvo a mi habitación. Gracias Miren.

24 noviembre, 2006 10:41  
Blogger jeltzale dijo...

Dos tristes realidades.

25 noviembre, 2006 03:51  
Blogger jeltzale dijo...

Cuando digo dos tristes realidades no quiero decir que sean casos aislados, sino que, desgraciadamente, son el pan nuestro de cada dia.

25 noviembre, 2006 03:52  

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