El "probe" Miguel

Hace justamente un año escribía Biturie: “anda de los nervios nuestro lehendakari navarro. Algo debe estar oliendo que no las tiene todas consigo para el 2007”. Aquel noviembre de 2005, los discursos en la fiesta de UPN, hablaban de “un Gobierno fuerte, unido, seguro, que genera confianza, que tiene ideas, a pesar de la nula atención que nos presta en este momento el Gobierno de Zapatero”. El Ejecutivo foral, decía entonces Miguel Sanz, “es una máquina que está a punto, preparada y dispuesta a seguir sirviendo a Navarra y a los navarros”, frente a la que “difícilmente se puede conformar una alternativa que garantice los niveles de progreso y bienestar actuales”.

Fiesta de UPN 2006: ha pasado un año de entonces y todo apunta a que los nervios de Presidente navarro van en aumento, de la misma manera que crecen también las pesadillas y los fantasmas al corellano. La presencia de Nafarroa Bai en la próxima convocatoria electoral y las expectativas de voto que los sondeos le conceden a la coalición, le obligan a Sanz a iniciar una desesperada carrera de seis meses y, para ello, aquellos “niveles de progreso y de bienestar actuales” ya no son argumentos suficientes; ahora toca, casi, la llamada a una nueva cruzada: “debemos actuar sin complejos y os animo a que defendamos a nuestros hijos y nuestra bandera".

Si hace un año, lloraba Miguel Sanz el poco caso que les hacía a su derechona irredenta el partido socialista, ahora, viéndole “las orejas al lobo” sigue llorando pero esta vez en busca del auxilio y la complicidad de los socialistas de Puras al ofrecerles un pacto de gobierno , eso sí, “si el interés general lo requiere; por ello, el sentido común y la responsabilidad obligará al menos a que lo intentemos, otra cosa es que los socialistas estén dispuestos o no a aceptar este ofrecimiento".

Y como las desgracias nunca vienen solas, mientras el “probe Miguel”, consciente de los peligros que se ciernen sobre "su" Navarra, pronunciaba “el más importante (discurso) de mi carrera política (para) convenceros de la importancia que tienen las elecciones de mayo para Navarra", tuvo que lidiar con el alboroto de 1.600 personas trasegando otros tantos cafés, con sus copas y sus puros: "Ruego un poco de silencio, aquí hay gente que me lo está pidiendo; a mí me da igual, pero ellos quieren escuchar".