El vocento que no cesa: serie cofinanciada por correo y diario


En el mundo intocable y virginal, de muchos/as castellanohablantes monolingües, antes de hablar en euskera hay que pedir permiso; antes de pedir el fomento del uso del euskera, hay que pedir también el fomento del inglés, (y el chino), … y sobre todo, el del “amenazado” castellano.

En ese mundo, por lo que parece, hay padres y madres que se ven obligados a enviar a sus vástagos a academias donde puedan aprender algo más que el “arre-burro-arre” y contar hasta diez en español…

Así, el prototipo de "koxmopolitta" monolingüe castellano desea que su descendencia “llegue a dominar también” su lengua materna, el castellano (!) ya que, como todos sabemos, nuestros pueblos y ciudades, están sembradas de infantes que apenas balbucean unas palabritas de español, y no hablan otra cosa que no sea euskera.

Por descontado, si esas criaturas han llegado a ese grado de alienación, es debido a que se les interna desde su más tierna edad en tenebrosos centros de adiestramiento (ikastolas) que carecen de instalaciones adecuadas sin duchas ni vestuarios, y que dedican solo dos horas semanales a la educación física, con monitores desmotivados y poco formados en el deporte como método educacional, obstaculizando gravemente el tránsito desde la infancia hasta su conversión en unos adultos más sanos, con mayor estabilidad emocional y física,
etc, etc, etc...

¿Qué a qué viene esta diatriba? ¿Qué si me he vuelto majara? No, yo no. El inspirador de esta estupenda pieza de ficción es un tal Rafael Loyola, que vió su “legítima denuncia” publicada en las páginas de opinión del inefable DV.

La adjunto enterita, por su naturaleza corta y jugosa.
Hala, a gozar.

Respeto en las ikastolas, por Rafael Loyola Iriondo/(Donostia) (DV, 21-10-2006)

Recientemente he tenido una reunión en la ikastola de mis hijos en la que me llamó la atención una petición una andereño para los aitas y amas de los niños. Se nos instaba a respetar el euskera como idioma, inculcar el euskera, fomentar el euskera, hablar en euskera, como parte del patrimonio de Euskalherria, de Europa y del mundo. Estoy de acuerdo, pero con matices. Yo soy vasco, nacido en el País Vasco, con apellidos vascos, mis aitas son vascos, trabajo en el País Vasco, me siento vasco... pero no sé euskera, lo cual me ha cerrado, cierra y me cerrará muchas puertas en mi trayectoria profesional. Y lo cual acepto con resignación; pero pido respeto para el euskera y para todo lo demás. Mis hijos hablan conmigo en castellano y en inglés, que también son patrimonio de la humanidad, y son, junto al chino, que también lo están aprendiendo, los dos más hablados en el mundo. Considero que la dedicación que al castellano y el inglés se les da en la escuela pública vasca es insuficiente; los padres nos vemos obligados a enviar a los hijos a academias para que aprendan algo más que el abecedario o bonitas canciones. No digamos nada del castellano, donde las faltas de ortografía y pobreza de vocabulario son tremendas. Me veo también obligado a inculcarles hábitos saludables, higiénico deportivos, de los que carecen en la ikastola por falta de instalaciones adecuadas: no hay duchas ni vestuarios, y se dedican solo dos horas semanales a la educación física. El deporte extraescolar es un fracaso como sistema educacional, con monitores desmotivados y poco formados en el deporte como método educacional. ¿Acaso no es también esto una inversión de futuro que redundará en unos adultos más sanos, con mayor estabilidad emocional y física en un futuro? Por avatares de la vida no sé euskera, aunque reconozco que envidio a quien lo habla, lo respeto. Quiero que mis hijos sepan euskera, me gustaría que algún día sean capaces de expresarse en su lengua materna, el castellano, se relacionen con quien lo requiera en euskera, entiendan las bonitas letras de las canciones de Bono (U2) en inglés y puedan viajar a China sin problemas de idioma. Pero, bajo el mayor de los respetos al euskera, pido equidad en la educación, respeto para los castellanoparlantes, para los que optamos por inculcarles, además del conocimiento de la lengua de su tierra (el euskera), una serie de valores de respeto a los demás de los que en este país hemos carecido en demasía. Espero que no caigamos en el error de educar a nuestros hijos en el respeto basado en el autoritarismo, el aislamiento y rechazo social para los demás.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

El señor Loyola, desde luego esta jugando con algo, esperemos no sea con sus hijos.

Conozco el caso de muchachos y muchachas educados en Ikastolas y mas tarde en el Instituto de BILBAO.
QUE ADEMAS DE SER CHICOS NORMALES, se expresan muy bien en euskara y castellano y ademas dominan el ingles , frances y aleman y en algun caso se imician en el chino mandarin y son jovenes que todavia no han cumplido los 21 años.
No hagamos caso a bulos.
En el instituto Unamuno de Bilbao, pongo el centro, los alumos salen los del modelo D, con cuatro idiomas y la mayoria con conocimientos de un quinto, y eso solo es ir y preguntar.
Sr Loyola, mirese al espejo y vea si su apendice olfativo es demasiado grande.

02 noviembre, 2006 18:02  

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