Los abertzales ante el proceso


"El proceso que comenta Ruzabal, si bien lo viví de manera un tanto cercana, no tuve necesidad por razones de edad de posicionarme ante él. Sí he vivido más tarde, sin embargo, las consecuencias de un conflicto político cerrado en falso.

Opino que el proceso de paz actual y el proceso de dejar las armas de ETApm no son miméticos, entre otras razones, como consecuencia de la experiencia adquirida en estos últimos años.



Parece cierto, no obstante, que la izquierda abertzale se ve presionada por un sector descontento (lo que también ocurrió en la tregua de Lizarra), pero quiero creer que en la misma izquierda abertzale existe otro sector importante que presiona en sentido contrario para que no se rompa la tregua. En Lizarra ganó el primer sector, esperemos que este caso no vuelva a ocurrir lo mismo. Las consecuencias electorales para la izquierda abertzale sería nefastas y eso -quiero creer- por propia experiencia ya lo saben. Fue precisamente para evitar esta situación por lo que se propuso la dinámica de separar las cuestiones de pacificación y normalización política, es decir, la Propuesta de Anoeta.

Un ejemplo de este sector contrario a romper la tregua lo podemos encontrar en Joseba Alvarez en las declaraciones realizadas en el juicio que se está celebrando en Paris a 14 ciudadanos vascos.

La cuestión está por lo tanto en lograr neutralizar a aquel sector descontento que presiona con romper la tregua. A mi juicio, se debería articular una dinámica social que acompañe la labor de los políticos en sus intentos de creación de la mesa de partidos. Se le debe quitar la razón políticamente a ETA.

Se debe dinamizar a la sociedad para que a través de firmas, opiniones... manifieste contundentemente su opinión contraria a la ruptura de la tregua por ETA y que el que se declare soberanista lo diga claramente, es decir que está dispuesto a lograr un cambio del marco jurídico por vías exclusivamente políticas y pacíficas. Es necesario que todos lo que nos consideramos independentista lo digamos. ETA debe tener claro que si mezcla las dos cuestiones de pacificación y normalización y por esa razón lleva a romper la tregua las consecuencias políticas y electorales para la izquierda abertzale van a ser nefastas. A mí juicio más importancia se les debe dar a las consecuencias políticas de la ruptura que a otras de tipo más jurídico. En esta labor didáctica no se puede dejar solos a los partidos y éstos debieran incluso promoverla .

Por otro lado, se debe constituir ya la mesa de partidos, sin admitir presiones de ningún tipo: Esta mesa debe comenzar por reconocer la legitimidad de cualquier proyecto político logrado por vías exclusivamente políticas y pacíficas. Un modelo en el que sean defendibles todas las alternativas posibles, incluida la independencia, es el mejor remedio para evitar que se vuelva a coger las armas.

Un acuerdo de mínimos democráticos con el PSOE (en el sentido del acuerdo de Ahotsak) y un acuerdo de mínimos abertzales entre las fuerzas nacionalistas, si bien a nivel de principios podría ser un primer paso para apuntalar el proceso. El PSOE por razones electorales frente al PP parece que no quiere avanzar en el acercamiento de presos, etc. (pacificación). Eso no está en nuestra mano. Avancemos en lo que sí podemos hacerlo, que son los acuerdos democráticos y soberanistas
".

Garruze

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