Machismo cardiovascular


En plena vorágine informativa sobre el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y cansados de los dimes y diretes acerca de si ANV se podrá presentar a las elecciones, el titular que repoducimos invitaba a seguir leyendo la noticia, ¡por fin alguien se decide a hacer periodismo del bueno!...

Siesta

Lástima que con un titular tan prometedor, nos hayamos tenido que encontrar en su desarrollo con afirmaciones tan sorprendentes y repugnantes como la siguiente: "lo que más protege al hombre de riesgos cardiovasculares es estar casado con una mujer que tenga dinero, cierto nivel de estudios y que no trabaje fuera de casa". ¡¡¡Casi nada!!!

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Blogger FÍGARO dijo...

HALITOSIS CEREBRAL

Este José Abellán, Catedrático de la Universidad Católica de Murcia, recuerda a aquel Aquilino Polaino, Catedrático de sicología, que se sacó el PP de la manga para tratar de impedir los matrimonios homosexuales, consiguiendo meterse un gol en propia puerta, entre la hilaridad general y la vergüenza de muchos de los propios conmilitones.

Según este otro "sabio" la prevención del infarto requiere dar un braguetazo con una niña rica que le mantenga a uno, que no trabaje fuera de casa, y se dedique a prepararle comiditas caseras. Si además el afortunado echa siesta y aprende un poquito de inglés, pues ya su corazón lo tiene "beatiful".

Para eso no hay que ser catedrático; Eso lo dice cualquier gañán: El dinero no da la felicidad pero disminuye el número de pulsaciones por minuto.

A veces da la sensación de que la enseñanza universitaria va a su bola, y de que no ha cambiado demasiado desde Franco: Los Sres Catedráticos son una casta intocable que perora desde su torre de marfil, a una pobre recua acrítica de estudiantes despolitizados y aborregados, obcecados en su frenética "carrera de ratas" para llegar a ser en el futuro unos mileuristas de provecho, y que bastante tienen con aprobar y sacar el título, como para permitirse protestar u oponerse a algo. Como los Catedráticos están acostumbrados a decir cualquier barbaridad sin que haya oposición, se llegan a creer infalibles como el Papa.

Cada asignatura es un Taifas, un mandarinato. Las relaciones entre colegas se palpan en los tribunales de doctorado: Yo te invito a formar parte de un tribunal y tu le das el cum laude a mi pupilo, y cuando a mí te toque calificar a un protegido tuyo, le doy el cum laude también.

Los "doctorandos" pasan la mitad de su tiempo trabajando gratis para sus "maestros" buscandoles bibliografía para sus trabajos, encargándose de las labores ingratas "de campo", haciéndoles de "negros" en sus publicaciones, corrigiéndoles los exámenes, riéndoles las gracias, arrastrándose...

Y claro, cuando los cátedros salen del Olimpo universitario, y descienden rodeados de su aureola omnisapiente a la tierra donde habitamos los simples mortales, a ilustrarnos con unas migajas de su sublime sapiencia, convenientemente rebajadas para que podamos entenderlas (A eso lo llaman "divulgación") sueltan sus paridas con aires paternalistas, y acostumbrados a que nadie les discuta ni les lleve la contraria, se asombran de que cualquier indocumentado se cachondee y saque punta a sus flatulencias seudocientíficas, más propias de una sobremesa de casino de pueblo facha entre orujitos, farias y regüeldos, que de un trabajo científico.

Y entonces es cuando nos damos cuenta de los efectos negativos de la sacrosanta "plaza en propiedad" que hace que un funcionario que ha sacado plaza por oposición, pueda dejar las meninges en "excedencia" el resto de su vida, sin miedo a evaluaciones continuas, a controles de calidad, a tener que demostrar resultados, o a tener que contrastar sus métodos con nadie.

Y entonces es cuando nos damos cuenta sobre todo, de en qué manos están nuestros jóvenes, y de las secuelas que van a tener ellos y va a sufrir la sociedad, de que los futuros profesionales hayan sido formados por esos terroristas de la ciencia.

27 abril, 2007 00:29  

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