Tontos de élite


Interesantes reflexiones las que ayer hacía Juan Bas acerca de los tontos de élite. Interesantes y entretenidas, mientras no haya que poner nombres a cada una de las categorías, desde el "tonto ostensible" hasta el "de élite": "Me doy cuenta de que al escribir este artículo corro el peligro de que los hipotéticos lectores piensen: 'Tú sí que eres tonto, colega'. Puede ser. Asumo el riesgo.

En el último eslabón de la cadena de la estupidez encontraríamos al tonto ostensible, el que lo canta a distancia y dispone de mosca propia que le revolotea alrededor de la cabeza cual satélite en funciones de boya señalizadora;...".

"... después, estaría al que se le distingue en cuanto abre la boca, como a la décima palabra, por muy numeroso que sea el grupo dentro del que se encuentre y más fácil por tanto el quedar camuflado, pero no, su alto grado de tontería brilla siempre con luz propia y pasa «tan desapercibido como una tarántula en un plato de nata» -Raymond Chandler-; luego tenemos al que te da el pego un ratito y aguanta hasta un par de asaltos de conversación como máximo hasta que revela de modo inequívoco que merece dos condecoraciones: una por tonto y la otra por si pierde la primera.

El tonto de elite es otra cosa. Si un tonto, incluso sin ningún poder -con poder, que es lo habitual, no digamos-, siempre es muy peligroso para los que tienen que sufrirlo, el de elite es 'danger' puro, más que hacer gárgaras con trilita. Por supuesto, pertenece a la segunda parte de la máxima de Gracián y no sólo no lo parece, sino que puedes tardar bastante en descubrir que es tonto porque ha conseguido un cierto mimetismo con lo que cree que es: muy inteligente.

Ésta es la esencia y rasgo diferencial del tonto de elite, su pretenciosidad y jactancia. Ningún tonto sabe que en realidad lo es, si no, no sería tan tonto y caeríamos en una paradoja. Pero al tonto de elite no sólo no se le pasa por la espaciosa cabeza la posibilidad de no ser muy listo, sino todo lo contrario: se cree la hostia, el copón de la baraja, es un pagado de sí mismo irritante. Lo cual multiplica la alucinación del que tiene que aguantarlo porque en cuanto le ves el cartón te percatas de que es más corto que la vida sexual de Tintín -¿viva el centenario de Hergé!-. Comparte parcialmente naturaleza con el bueno abominable y desde su altanería otorga una mirada conmiserativa a los demás, sus inferiores. Siempre les perdona la vida, pero anuncia el indulto en todos los intermedios de su película, que es para eso, para verla a cachos y dopado. Por supuesto no tiene opiniones, sólo certezas, y considera que las dudas y los matices son signo de confusión y debilidad mental, no de reflexión, pues para el tonto de elite pensar es lo mismo que fabricar axiomas. Como guinda, además suele ser un pesado modelo rifle Winchester, es decir, de repetición.

Si los tontos rasos, cuando tocan fondo, excavan, los de elite son mineros en viaje al centro de la Tierra".

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1 Comentarios:

Blogger hartza dijo...

Vaya, me sorprende hasta el infinito y mas alla que el amigo Bas no haya aprovechado que el Pisuerga pasa por debajo de los pies de Aznar para encuadrar a algun nacionalista (vasco, of course) como ejemplo de cada una de sus categorias.

En una cosa si que le doy la razon: al leer su articulillo... le clasifique inmediatamente bajo el letrero de la categoria que describe. Mira por donde.

PS: Jamas he podido soportar a Tintin, igual de ahi mi animadversion.

31 mayo, 2007 12:46  

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