"Víctor, tú tranquilo", sí, pero dimite.

Empezaré por el final: Víctor Bravo debe dimitir, y no por las presuntas irregularidades que se le imputan a su hermano en relación con la investigación de posibles irregularidades cometidas desde la Oficina de la Hacienda Foral de Irún. Victor Bravo debe dimitir, no por su hipotética implicación, como Jefe del servicio de Recaudación y de Director general de Hacienda de la Diputación en aquellos años, sino -simple y llanamente- por los términos en los que, ayer, se expresaba en El País:

- “Creo en la inocencia de mi hermano y le voy a defender a muerte. Que decidan los tribunales, aunque yo tengo nula confianza en la Administración de Justicia”.

- “¿Dimitir? Ni por un cortijo”.

- “Para eso [dimitir si el partido se lo pide], yo tendría que estar implicado en el tema. En ese caso, no les daría ni la posibilidad”.

- ¿El PNV le ha pedido que deje su cargo en el Senado?: “A esa pregunta no le voy a responder”.

- ¿Por qué no responde a esa pregunta?: “(…) ¿Ibarretxe tiene que dimitir porque ha sido procesado?”

- “…Ojo, yo quiero saber lo que pasa con los demás: qué pasa con el que era jefe del servicio y el diputado Peru Bazako, con el diputado Mujika y con el diputado general. Y qué pasa con el que era director de Finanzas, Juan Romero”.

Víctor Bravo, usted debe dimitir. “Ésto”, Sr, Bravo, no va así... y para "chulos", nosotros, los de “a pié”. Si tiene usted que defender su inocencia y la de su hermano, defensas que –a falta de sentencia firme que diga lo contrario- compartimos todos nosotros, utilice los argumentos mejor le convengan, pero nunca “el ventilador”.

Es muy feo, Sr. Bravo, que –a falta de otros argumentos- recurra usted a alargar la sombra de la duda sobre otras personas, de cuya implicación en las irregularidades que se le imputan a su hermano, sólo usted ha hablado.

Y llega el final del que hablaba al comienzo: Sr. Bravo. usted tiene que dimitir