¿Relevo o reciclaje?


El otro día asistí a un interesante encuentro de reflexión en el que, en otros muchos temas, también se puso sobre el tapete el del relevo generacional, del que tanto se habla y tan poco se explica ¿A qué nos referimos cuando hablamos de relevar a una generación? ¿No habría que sustituir lo de relevar por lo de reciclar? Por lo general, cuando hablamos de relevar, nos referimos a aquellas personas que rondan los sesenta y llevan muchos lustros de cargos internos o institucionales ¿Porqué hay que relevarles?

Pues porque se tiende a considerar que hay que dar paso a los que vienen por detrás que, dicho sea de paso, son pocos ¿Y qué hacemos con los que tienen 45 años y llevan 20 años de cargos? ¿Entendemos por relevar mandarlos a casa? ¿Por qué no abogamos por el reciclaje en todas las franjas de edad? ¿Por qué retirar a nuestra gente a los 60 si se pretende alargar la edad laboral hasta los 70?

Hace unos días se publicaba la noticia de que en España existen ya 2.000.000 de personas que superan los 80. No sé cuáles serán las cifras de Euskal Herria, pero deduzco que parecidas o superiores, por eso de un menor porcentaje de inmigrantes ¿Desde qué edades hablamos de relevar a los políticos? Más o menos, cuando llegan a los 60 ¿Qué porcentaje de población vasca tenemos por encima de los 60? El dato que he encontrado es que el 17% de la población de Hegoalde está por encima de 65 años. Calculo que será un 25% el que supero los 60 años. Pretender erradicar de la vida política a los sesentones me parece una broma de mal gusto, y mucho más en una organización cuya media de edad está por encima de los 45 años.

Os cuento una anécdota para dar consistencia a mi posición. Hace unos diez años, con 38 años aproximadamente, participaba en un grupo de trabajo en Vitoria. Venían al grupo chavales que no llegaban a la treintena, y ya entonces hablaban de que nosotros, los mayores (yo con 38), debíamos dejar el paso a los más jóvenes. La verdad es que entonces, como ahora, el único paso que podía cederles era mi condición de afiliado, no más. Diez años más tarde, los mismos reivindican el paso a los cincuentones; y dentro de diez lo harán con quienes tengan sesenta. El planteamiento de la cuestión es, para mí, equivocado.

El problema de los partidos no está por arriba, en esa pirámide con tripa por la cabeza. El problema está abajo, en la ausencia de relevo. No hay que relevar a los que llegan a los sesenta, hay que garantizar que el día que toque el cambio por los motivos que sean, haya recursos humanos suficientes. No se releva a nadie por edad si lo hace bien. Se le releva a la edad que sea, incluso con treinta, si es que no cumple. La razón es siempre la calidad y el buen hacer, nunca la edad. Nuestro objetivo debe ser el disponer de gente capaz, con entidad y con principios. Y aquí mi daga para los más jóvenes.

Se observa últimamente un advenimiento a las estructuras de los partidos de jóvenes con poca ideología y mucha ambición. Un poco de equilibrio entre las dos características no les vendría mal. Los cincuentones y sesentones de los partidos, también del PNV, dan, hoy por hoy, vuelta y media a los mocosos veinteañeros; también a los treintañeros. Tienen, aquellos, mucho que enseñar; y éstos, bastante que aprender. Tienen aquellos muchos años de oficio (algunos le llaman escarmiento) por detrás y mucha tarea por delante; tienen éstos toda una vida por delante y poco bagaje por detrás.

Lo que últimamente empieza a fastidiar son, más que los que llegan a cierta edad, aquellos que sólo han pertenecido a una formación política desde la atalaya de cargo político. Cargos tiene que haberlos si se detenta poder. Es inevitable. Lo que yo propondría sería que una vez que un cargo haya cumplido 12 años en uno de confianza se le relevara para un período de reciclaje. Se observaría en ellos su actitud ante las labores domésticas no remuneradas; y después se vería si otra vez acceden a cargos. Dependería de su período de reciclaje. Tengo pocas dudas de que los eternos ausentes y cargos vitalicios modificaran parte de sus modos y conductas de actuación.

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