¿Cambiar algo para que nada cambie?


Me acordé ayer de la letra que Urkullu puso a parte de su discurso de investidura, al capítulo La unidad como objetivo :”las personas somos fundamentales pero no imprescindibles ni singulares en su funcionamiento global. Porque (…) el Partido,(…) es el que por encima de todos y cada uno de nosotros debe y deberá permanecer”. Sólo que son los procederes de las personas las que hacen que una organización se encamine en una u otra dirección. Personas -afiliados- impregnados cuasi-mayoritariamente por los males que el presidente del EBB señalaba: “desaliento en algunos, (…) y también riesgo de acomodamiento en una interpretación cómoda del gobierno de las instituciones (…) por el fin de marcados liderazgos o el agotamiento de los ciclos de atrincheramiento estratégico.” Espero que las sensaciones de quienes ayer asististeis al primer round de la cita electoral para las territoriales hayan sido más positivas que las mías.




Antes de continuar con mi exposición, una nueva cita del presidente del EBB, esta vez de hoy mismo: “el desapego hacia los políticos explica la escasa asistencia a la concentración de Madrid.” Y yo pregunto, a él y todos vosotros, ¿qué explica la asistencia de un 20% escaso de afiliados a la cita electoral de ayer? Bastante desafección y cabreo. Marcar la unidad como objetivo supremo en un Partido con tanta abulia y tanta desmotivación es pretender construir la casa por el tejado. Sólo existe riesgo de escisión en los cuerpos con vida. No es posible en los inertes.

La primera obligación de los máximos burukides debe ser darle vida al Partido. También de eso hablaba la Ponencia de Organización, aunque parezca que después de la Asamblea las ponencias pasen a mejor vida. Con el consenso para la elección del presidente del EBB, de parte de su ejecutiva y para la aprobación de la Ponencia política lo único que hemos hecho es poner un parche en un boquete de considerables dimensiones. No estamos ante un problema de unidad. Asistimos a la lenta agonía interna de una organización que puede entonar eso de cualquier tiempo pasado fue mejor, incluso en época de escisiones. ¿¡Catastrofista!? Que alguien me convenzca de los contrario, y creeré. Primero dotémonos de energía, y luego procuremos mantenernos juntos.

Nadie es imprescindible, pero nadie sobra. En el consenso alcanzado para el EBB ha quedado el regustillo de un acuerdo forzado por las circunstancias, de una merienda de taifas repartiéndose el pastel. La realidad demuestra que ninguno de ellos —ninguno— concita la adhesión incuestionable de la afiliación de su feudo, y que quienes están llamados a demostrar su fidelidad o su desapego —los afiliados— hacen mutis por el foro. Urge un Encounter (palabreja tomada del mundo blog) entre distintos. ¿Distintos?

¿En qué me distingo yo del OTRO? ¿En ideología? Ahí están las ponencias. ¿En su interpretación? A corto y medio plazo tenemos las coordenadas establecidas. ¿En estrategia? El presidente del EBB marcó con bastante precisión por dónde debemos transitar en un futuro próximo. Los desarrollos de los enunciados vendrán con el tiempo. En el interim hay que reflexionar, sacar conclusiones y actuar en consecuencia.

En otro apartado de su discurso, refiriéndose a Imaz, dice Urkullu: “Josu Jon consciente de la tensión existente, y de la virtualidad del bien supremo de la unidad, la fortaleza y la honradez tomó la decisión que, para él, tenía que servir para preservar la unidad de nuestro Partido”. Estoy convencido de que, al día de hoy, hay una buena parte de la afiliación que descabezaría todas las ejecutivas para optar por gente nueva. No puede ser. El caso de la marcha de JJ Imaz debe servir a los que se queden, a todos ellos, para escarmentar en cabeza ajena, por lo ya dicho, porque si bien es verdad que nadie sobra, también es cierto que nadie es imprescindible.

Al final del capítulo mencionado nos encontramos con esta cita: “concluimos hoy un nuevo proceso de renovación. Renovación en la praxis y en los equipos humanos, siguiendo la realidad existente también en el ámbito institucional. Partido de siempre, por lo tanto, actual y de futuro.” Ejem, ejem, ejem. Para que el PNV sea, no ya partido de futuro, sino el Partido del futuro, desde el 1 de enero de 2008 tendrá que preocuparse, tanto del desarrollo de estrategias políticas (y pienso en Ibarretxe) como de reinventar internamente el Partido (y pienso en muchas cosas). No vaya a ser que de la noche a al mañana nos quedemos sin poder institucional y con el Partido en cuarentena.

2 Comentarios:

Blogger mendi dijo...

Jdeeeeerrrr!!! ¿Has leído lo de Ondarroa?

¡Puaff! Más nos vale entregarle directamente el gobierno vasco a Patxi Lopez.

Sta. madre de dios. ¡Y encima tener que oír a la sra. Azkarate haciendo loas a "los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado"!

Ahí, ahí, y que viva Melitón Manzanas también. Total, era una pobre víctima del terrorismo descerebratis.

Menudo cachondeo que os traéis.

07 diciembre, 2007 11:56  
Blogger mendi dijo...

Qué pasa, preferimos no posicionarnos ante la cacicada ocurrida en Ondarroa con la expulsión del ex alcalde incluida?

09 diciembre, 2007 11:27  

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