Nos duele Euskal Herria


A los españoles y a los vasco-navarros nos duele Euskal Herria. De distinta manera, evidentemente. Por negarla y por reivindicarla. La inmensa mayoría de nuestros chavales estudiaan los mapas oficiales en sus libros de texto: CAV, Navarra y Pirineos Atlánticos. También en las ikastolas. El Curriculum vasco pretende ampliar la perspectiva de nuestros chavales, dotarles de contenido nacional. Algo en lo que los españoles son unos maestros: ya están en la final de la Eurocopa. Fueron precisamente el PSOE/PNV/Batasuna quienes aceptaron esa realidad nacional en los preacuerdos de Loiola:

"Reconociendo que los partidos mantenemos diferencias sustanciales en torno a la presente y futura configuración del Pueblo Vasco, aceptamos que existe una realidad conformada por vínculos sociales, lingüísticos, históricos, económicos y culturales llamada Euskal Herria que se constata en los territorios de Araba, Nafarroa, Bizkaia y Gipuzkoa en el Estado español, y Lapurdi, Zuberoa y Baxe Nafarroa en el Estado francés".





Partiendo, eso sí, del actual marco jurídico:

"Se entiende que esta realidad está configurada en el momento actual en dos ámbitos administrativos, políticos e institucionales con personalidad propia, Comunidad Autónoma Vasca y Comunidad Foral Navarra, y también los territorios vascos incluidos en el departamento de los Pirineos Atlánticos."

Luego sí existe una hecho nacional diferenciado. No sólo una ligazón cultural. No sólo en la mente de los abertzales. El hecho de que en Loiola no añadieran el calificativo "nacional" no le resta un ápice de importancia a la existencia histórica y comúnmente aceptada de Euskal Herria, territorio abarca desde el Ebro hasta el Adour. De ahí en adelante, que digan misa, aunque algo abremos de hacer para defendernos de tanta amenaza y tanta imposición.