¿De encarcelado a liquidacionista?

No le perdonarán a Otegi su postura anti-maximalista -su ternerismo- de ser cierto el contenido de su carta a Kubati, aunque desde Anoeta esa haya sido su apuesta. El Gordo es el único que puede recorrer el camino del realismo político dentro del MLNV. Si él emprende la larga marcha, buena parte (por no decir que gran parte) de su mundo le seguirá. Antes tendrá que tragar sapos y culebras, y oír de todo de los que, en breve, pueden convertirse en sus ex correligionarios y adversarios (por no hablar de enemigos). Patxi Zabaleta puede describirle brevemente los sufrimientos de la travesía. Es de agradecer que esta vuelta al realismo sea tan prudente y moderada: 1.- Contar con todas las familias políticas de Euskal Herria, desde UPN hasta el PNV (¡pena que se hayan olvidado de de UPM, UDF y PSF); (....)

(....) 2.- Intentar desbancar a un agotado PNV, y hacerse con el partido abertzale que le sustituya en la gestión; 3.- Ser conscientes de la crisis del nacionalismo a nivel general, y en particular en las zonas urbanas (olvida que es el MLNV quien suspende ostentosamente en las ciudades); 4.- Admitir un proceso político por etapas (ostias, ¡a estas alturas!); 5.- Apoyar la salida de las trincheras.

Todo eso que otros antes que él lo vieron con claridad, pero que no se atrevieron a dar la batalla interna, a esa a la que todos los discrepantes (reconvertidos, realistas, normales, ..) tienen tanto pavor. Si Otegi se lanza puede conseguirlo. Será duro. Tendrá que encontrarse con Aralar, con EA, (…). Y sobre todo se encontrará con un PNV no tan flojo como él cree, y con los txerokianos, que no admitirán complacientemente ese nivel de disidencia interna. Txeroki ya tuvo que superar su consejo de guerra interno; y Kubati ya sabe a qué se atiene quien discrepa en un entorno militar.