Bla, bla, bla

Vuelvo a repetirme: los unionistas son, fundamentalmente, mediterráneos. Son magos de la palabra: “convivencia, entendimiento, rumbo, futuro cierto, progreso, apoyo al euskera”. No es un mensaje lanzado en Marruecos, Pakistan o Colombia. Fue, y continúa siéndolo, el discurso del presidente español en Euskal Herria, en la zona al Sur de los Pirineos donde los ratios de progreso, innovación e índice de desarrollo humano son muy superiores al resto de los territorios. Aún así venden. Promocionan a un candidato para alcanzar cotas ya conseguidas en nuestro país. Además, lo hacen como si fueran ellos quienes lo han gestionado o lo fueran a hacer en el futuro en el caso de que consigan colocar a López como lehendakari en Ajuria Enea. ¿Que hacemos mal? Ya lo sé: los vascos y navarros somos trabajadores, no vendedores. Nos hace falta esa virtud mediterránea de hacer menos y vender más. Vender hasta de lo que no hay. Son los maestros del engaño.

“La gran mayoría de los vascos no quiere la confrontación de identidades, no quieren aventuras que traspasen las reglas de juego”. ¡Y tan panchos! ¿Alguien me puede explicar qué hay detrás de esas palabras? No podemos permitir que nos engañen. Tenemos que ser conscientes de que 30 años de gestión cansan, desgastan y aburren. Ese debe lo tenemos ahí. Pero, aún con ello, y admitiendo que es el ciudadano quien trabaja, se esfuerza y consigue los logros económicos, hay que hacer ver a la gente que esa gestión ha estado en manos de una gente determinada, de unas siglas concretas. Que no nos la metan con la gestión. Pero la baza no sólo va por ahí.También tiene mucho que ver con la identidad y las reglas de juego.