El Alcalde, la policia municipal y los gasteiztarras


Celedón

Siempre resulta especialmente reprobable el uso y abuso de determinadas posiciones de ventaja para hacerlas valer en una negociación colectiva. Hablo del problema surgido en Vitoria-Gasteiz ante la negativa por parte de la Policía Municipal de proporcionar la necesaria protección a Celedón en su tránsito por la Plaza de la Virgen Blanca la tarde del día cuatro de Agosto.

La situación, tal como la conocíamos hasta ahora se resumía en lo siguiente:

- Una evidente falta de civismo por parte de un importante número de asistentes a la plaza que, fruto de la ingesta de “desinhibidores exógenos” y contagiados de un concepto endógeno, gamberro y faltón de la fiesta, exteriorizas su pobreza intelectual en forma de empujones, golpes y cualesquiera otras formas de macarrismo de baja intensidad.

- Una actitud aprovechada por parte de los dirigentes sindicales de la policía municipal que, acogiéndose a aquello de que “a río revuelto…”, pretenden aprovechar la desgraciada circunstancia anterior para promover un plante de los agentes que venían prestando ese servicio de forma voluntaria y convertir esa postura de fuerza en argumento de cara a la negociación colectiva que, a trancas y barrancas, mantienen con el Ayuntamiento desde hace meses.

- Un uso, igualmente interesado, por parte del Alcalde para poner a la opinión pública gasteiztarra en contra de la policía municipal (tratando de debilitar así su posición en la mencionada negociación colectiva) por un lado, e intentando desviar la atención de lo que es un problema generalizado -el comportamiento violento de cientos de descerebrados- para reconvertirlo en una imputación unívoca contra el entorno abertzale.

Así las cosas y ante la falta de solución por parte de quienes tienen obligación de asegurar la normalidad del paseo de Celedón, tenemos hoy noticia de la respuesta de cientos de particulares anónimos que, conocido este estado de las cosas, se ofrecen voluntarios para asumir esa función de velar por la seguridad del aldeano de Zalduondo en su llegada a Gasteiz. ¡Olé por todos ellos y, supongo, ellas! Enhorabuena a cada uno de esos ciudadanos y ciudadanas anónimos que vienen a devolvernos la confianza y el orgullo de sentirnos vitorianos y vitorianas. Enhorabuena a quienes, mas allá de gamberrismos inducidos y de egoísmos sindicalistas o institucionales, pero en cualquier caso particularistas y sectarios, anteponen su sentido de responsabilidad ciudadana a otras posiciones de comodidad o de interés particular. ¡¡Enhorabuena, insisto!!

Y “enhoramala”, por el contrario, a los dirigentes sindicales que, según se puede leer hoy, tratan de arrimar el ascua a su sardina e intentan presentarnos esta demostración, como señalaba antes, de responsabilidad ciudadana, como un triunfo de sus posiciones: “me parece que su comportamiento es ejemplar y que si lo regulamos de manera adecuada podemos organizar el acompañamiento de Celedón con mucha menos tensión que otros años y, a la vez, dando un ejemplo de civismo”, dice Estébanez, de ELA. ¿Quién es el comité de empresa para pretender capitalizar en su favor este gesto ciudadano?, ¿quién es el Comité de empresa para “regular de forma adecuada esta iniciativa que no es sino un reproche a sus propios postulados anteriores?

No señores de ELA y, en general del Comité de Empresa, no es a ustedes a quienes corresponde encauzar ni esta ni cualquier otra iniciativa semejante, a ustedes sólo les toca callar y tomar buena nota de lo que es saber jerarquizar entre los intereses particulares y los generales de la ciudad, porque, en todo caso, es a los responsables últimos de la seguridad ciudadana a quienes corresponde recibir este ofrecimiento y articularlo en beneficio de todos, pero no a título de Comité de Empresa sino a título de garantes y responsables del normal discurrir de este tipo de eventos.

Al Comité de Empresa y al Señor Alcalde solo les queda una cosa que hacer: callar y tomar buena nota del reproche que esta generosa iniciativa de los vecinos y vecinas de Gasteiz lleva implícito.

Gasteiztarrei, eskerrik asko eta festa onak igaro ditzazuela.

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