Cacheo a Ibarrondo


Ibarrondo
Se ha consumado. Jorge Ibarrondo ya no es presidente de la Agencia de Renovación Urbana. Un cálido y lacrimoso abrazo con el alcalde certificó ese momento histórico en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Por el mismo precio, Alfonso Alonso podria haber cacheado a su concejal de Urbanismo. Todavía hay gente que se pregunta si un problemilla con el precio de unos chalés bioclimáticos es motivo suficiente para esta destitución. Vamos a ver.

No estamos ante un error de cálculo. Estamos ante una cadena de engaños difícilmente superable en un asuntillo que, a primera vista, tan sólo afecta a 24 personas. Si hacemos recuento resulta que:

-evidentemente hay un engaño, cuando no estafa, a los directamente afectados. No son 24 personas. Hablamos de parejas, hablamos de familias que han tenido que apoyar económicamente a estas parejas porque ya se las veían mal para pagar lo inicialmente estipulado. Hablamos de que, de repente, hay que abonar 9 millones de pesetas más por cada casa y hablamos de la pérdida de horas de sueño, tiempo libre, etc que este problema está suscitando en todos los afectados.

-hay un engaño a las empresas de construcción que decidieron presentarse o no a este concurso. Entonces no se sabía que posteriormente el pliego de condiciones iba a ser alterado para que, de la forma más inesperada, surgiera más de un millón de euros de beneficio para la empresa adjudicataria.

-hay un engaño a dos tercios de la corporación vitoriana que en dos ocasiones aprobó en Pleno unas condiciones para la adjudicación de estas viviendas que luego el PP ha vulnerado.

-hay un engaño a todas aquellas personas que piensan que los sistemas municipales de adjudicación de vivienda del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz son siempre limpios y eficientes. En este caso ha habido retrasos, alteración de precios, insultos a los afectados, inoperancia de responsables técnicos, presiones para firmar escrituras y un largo etcétera.

Por todo esto todos los grupos políticos municipales a excepción del PP han decidido que ésta era la gota que colma el vaso. Porque ya había un vaso lleno de agravios. Pensemos en los retrasos de muchas reformas contratadas por el departamento de Urbanismo. Pensemos en los perjuicios al interés público en operaciones de permuta o venta de terrenos que Ibarrondo ha preparado. Pensemos en la mala terminación de determinadas obras en calles. Pensemos en irregularidades en la concesión de determinadas licencias. Pensemos en el incumplimiento de compromisos presupuestarios. Pensemos en las situaciones de "silencio administrativo" consentidas por este concejal para aprobar determinados planes por la puerta de atrás. Pensemos en los diferentes asuntos judicializados o sometidos a comisión de investigación en los que él estaba directamente implicado. Pensemos en los concursos que ha habido que paralizar por la catastrófica forma en que los ha gestionado (con esa guinda de la reforma de la Virgen Blanca). Pensemos en el encarecimiento de trabajos contratados desde su departamento. Pensemos en los diferentes pelotazos propiciados en la reforma de la plaza de toros, la venta del Boulevard o la construcción de apartamentos tutelados en Etxezarra.

Lo peor de todo es que a Ibarrondo no se le puede echar de la concejalía de Urbanismo y se ha tomado la única medida que contaba con el consenso de todos (a excepción, lógicamente, del PP). En este punto cabe recordar una vez más que los socialistas se negaron a la moción de censura y los socialdemócratas abertzales (es decir, el concejal de EA) se negaron a la moción de reprobación. Y es que entre los promotores de esta destitución se podría trazar una línea muy clara entre quienes sencillamente buscan que cese un reiterado perjucio al interés público y quienes han visto en este asunto una herramienta de estrategia electoral.

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