En manos universitarias


Leía el otro día que Lehendakaritza ultima un Convenio Marco con la UPV para que ésta se implique directamente en el proceso de paz y normalización. Iniciativa que, suponemos, está relacionada con el plan socialización que el lehendakari quiere impulsar a partir de enero. No me parece mal, sólo que los ritmos de los distintos estamentos universitarios y las urgencias del proceso están en las antípodas los unos de las otras. En la Universidad están de vacaciones hasta el 8 de enero; las retomarán en Carnavales; volverán a ellas a finales de marzo con la Semana Santa; y se asentarán en las estivales para junio.

Entre los cerca de 5.000 docentes de plantilla sí que podrían reflexionar algo más de lo que lo hacen ¡¡Es que les cuesta tanto!!

Más confianza tengo yo en otros grupos sociales, agrupaciones y colegios profesionales, asociaciones culturales o entidades deportivas, más acostumbradas a bregar a diario, a dar respuestas inmediatas, a no dejar para el año que viene lo que se puede hacer hoy. En la Universidad, entre que acusan recibo, convocan una, dos, tres, cuatro, cinco y decenas de reuniones, y en que, siendo como son todos muy entendidos, tardarán meses en llegar al mínimo acuerdo, pues es posible que para entonces estemos gestionando la independencia.

El Plan de Socialización ya viene tarde, y es consecuencia del poco y dudoso hacer de los agentes políticos, cuando debía ser previo a ello. Los agentes sociales debían haber marcado las líneas maestras a los políticos, esas en las que tanto inciden las encuestas y de las que tan poco eco se hacen los políticos. Dar la vuelta a lo que el grupillo de elegidos decidan va a ser imposible, porque considerarán que es consecuencia de la transversalidad y de la cesión mutua. Eso es trampa. Primero hay que oír al pueblo, luego negociar sobre sus reclamaciones.

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