Roturaciones del 2000


La Diputación de Bizkaia ha aprobado la nueva norma foral de montes, que permite el cambio del uso forestal al agrícola o ganadero de los terrenos. En la Facultad me enseñaron que los movimientos de roturación (arar o labrar montes para ponerlos en cultivo) se dieron en la Edad Media y también a finales de la Moderna, en momentos de expansión demográfica. La gente sobrante en un núcleo, en vez de emigrar, ocupaba nuevas tierras del bosque para labrarlas.

Hace 40-50 años se produjo el movimiento contrario, que ha durado prácticamente hasta nuestros días: se abandonaron los caseríos y las tierras de pasto se convirtieron en pinares. El pino ya no da; lo traen más barato de otros lugares. Además, gran parte del suelo que hasta hace poco se utilizó para cultivo ha sido urbanizado. Ahora toca, de nuevo, roturar montes o, en muchos casos, volver a roturar. Es lo que establece la nueva norma foral de montes del Departamento de Agricultura de la Diputación de Bizkaia, regido por Eusebio Larrazabal.

Hace Larrazabal especial hincapié en que "En ningún caso conlleva la recalificación del terreno, que seguirá siendo rústico y por tanto urbano". Malo, es una manera torpe de poner la venda antes de la herida. Los gestores de la Diputación tenían la obligación, antes de acudir a medidas como las citadas, de regular el uso del suelo en sentido bastante diferente a como se ha hecho en los últimos 20 años. ¿Por qué se ha permitido que se urbanicen todos los valles vizcaínos? Ahora ya no queda terreno para sembrar alubia, plantar puerros o montar una granja avícola. Por eso hay que robársela a los pinares.

Insiste también en que la normativa “no promoverá la proliferación de chalés disfrazados de viviendas ligadas a explotaciones agrarias”. No se lo cree ni él ¿En quién recaerá la labor de policía? ¿Serán los ayuntamientos quienes desarrollen la norma foral en atención a sus necesidades? Pues vamos dados. Los alcaldes hacen lo que pueden, que es tanto como decir que hacen bien poco en este tipo de cuestiones. Se empieza por solicitar permiso para construir una cuadra, y terminas construyendo un palacete, sin permisos de vivienda ni necesidad de parcela construíble ¿Qué va a hacer el alcalde? Mutis por el foro. Normal. Es decir: hecha la ley, hecha la trampa.

Este será el primer paso para la deforestación de nuestros territorios para, a posteriori, convertirlos, esta vez también, en cemento. Mientras tanto, los 4x4 hollan las cumbres del Gorbea, Aratz y Aralar; los maderistas destrozan senderos seculares y árboles autóctonos; se asfaltan pistas hasta para llegar a chabolas inutilizadas; los pastores llevan los todoterreno hasta las mismas ubres de las ovejas. Todo en nombre del progreso. Me acuerdo de un compañero de trabajo que hace ya mucho me comentaba: “hay que construir una carretera hasta la cruz del Gorbea para que puedan llegar los minusválidos”. Y lo decía convencido. Hoy estará contento.

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