De derrota en derrota hasta la victoria final


Artículo recogido del blog iratzartzen:

"Vivimos unos tiempos en los que incluso el mejor informado se encuentra perdido en toda la maraña de noticias, muchas veces contradictorias. Y lo peor que le puede pasar al "mejor informado" es militar en un partido y ver que la actualidad le pilla una y otra vez a contrapié.

En la autodenominada izquierda abertzale, se las veían muy felices hace un año. Con la declaración de la nueva tregua (o alto el fuego, o lo que fuera aquello), veían la posibilidad de reconducir la situación de crisis contínua que llevaban desde que ETA declarara la ruptura de la tregua del 98. No se trataba de que la ilegalización de Batasuna les apartara de las instituciones (ya habían tomado la determinación de, aun presentandose a las elecciones, no participar en los parlamentos ni diputaciones). El problema lo tenían en una base social, hasta hacía poco bien cohesionada, pero que desde la ruptura de la tregua comenzo a hacer aguas por todas partes.

La creación de Aralar fue un duro golpe contra los que intentaban a duras penas mantener el control sobre todo lo que se supone fuera vasco y de izquierdas. Pero más sangrante fue el trasvase de votos que sofrió en favor del PNV. Ese es un golpe del que les costó reaccionar.

Pero la ilegalización les supuso una importante bolsa de oxigeno de cara a las elecciones. Aprovecharon el tiron del victimismo para conseguir por una parte que la base social de la izquierda abertzale se mantuviera unida, y por otra evitar que sus votantes se volvieran a decantar por el PNV. Pero los años pasaban. Batasuna seguía ilegalizada. En las elecciones al parlamento lograron una victoria (más moral que cuantitativa, ya que lograban sus peores resultados en el parlamento de Gasteiz), al conseguir representación de la mano de EHAK.

La nueva tregua de ETA les supuso otra bocanada de aire, ya que esperaban que el proceso de Paz se consolidase, y que por una parte los votos fugados a los demás partidos abertzales volvieran al redil, y que por otra pudieran presentarse de manera "legal". Pero en la decisión más torpe que se recuerde del "erakunde", con el coche bomba de la T-4 volaron las esperanzas de los dirigentes de la izquierda abertzale para que todo volviera a su cauce, para que aquella pesadilla terminara de una vez por todas.

Gracias a la torpeza, falta de previsión y estupided de los dirigentes de ETA, ahora la izquierda abertzale se encuentra a las puertas de convertirse en un partido minoritario. Cada vez son más los votantes que les dan la espalda. Cansados de tomaduras de pelo, van a preferir votar a la otra opción de la izquierda abertzale (Aralar, que en estas elecciones concurre de la mano de EB, atando el voto de izquierdas) o al PNV (buscando que su voto resulte util y habil en la legislatura).

Los dirigentes de Batasuna se encuentran en la tesitura de hacer frente a la mayor crisis de la izquierda abertzale en su historia. Tienen un serio problema, ya que su base social está compuesta por todo ese sector duro que apuesta por la continuación de la violencia; pero por otra parte, para recuperar a todo el sector descontento en fuga, intenta demostrar que están a favor de un proceso de Paz. Unos, cansados de que se les siga tomando el pelo, y otros, cansados de que se les cierren las puertas a las acciones violentas, están poniendo a Batasuna entre la espada y la pared.

Todo esto va a tener su reflejo en las elecciones próximas. Lo más probable es que, si llega a poder presentarse, la izquierda abertzale pierda la mitad o mas de los votos. Quizás sea este un paso de transición en la historia de la izquierda abertzale, el paso en el que la izquierda abertzale de tinte autoritario ceda el protagonismo a una nueva izquierda abertzale más pragmatica y efectiva representada en este caso por Aralar.

La falta de previsión, la nula flexibilidad estrategica y la traición de los sectores mas duros y reaccionarios a la dirección, va a traer a Batasuna (a mi juicio) un merecido castigo. No nos engañemos. No se trata de ilegalizaciones o de represión. A Batasuna no le hacía falta nada de eso para suicidarse políticamente como lo ha hecho. Su crisis actual está propiciada por la rigided estrategica. Y es que, como ya dijo Jon Idigoras, "la izquierda abertzale nunca se detiene, da media vuelta y sigue a delante", aunque ello les lleve cada vez más lejos del camino de la sociedad de Euskal Herria
."

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