Gernika: a 70 años del horror


Gernika

Prof. César Arrondo. Universidad Nacional de La Plata (Argentina).

El 26 de junio de 2007, se cumplen 70 años del bombardeo que la aviación Nazi realizara sobre la Villa de Gernika. Fue este un primer ensayo, de lo que sería en adelante la “guerra moderna” de los siglos XX y XXI, donde la justificación ideológica, económica y la intolerancia, permitirá a los poderosos del mundo, barrer con ciudades, culturas, etnias y pequeñas naciones.

Mucha gente se pregunta: ¿porqué Gernika?. Porque es el símbolo de un pueblo, como el vasco, que ha estado allí desde hace unos 7000 años, a ambos lados de los Pirineos, con sus leyes, su democracia, su lengua, su cultura y su estilo de vida. En este sentido, Franco sabia muy bien, el significado que la ciudad, su Casa de Juntas y su Roble, tenían para el pueblo vasco.

Para ejemplificar el sentimiento del pueblo vasco ante el bombardeo, no hay nada mejor que las declaraciones a la prensa vasca del día después, del Lehendakari (Presidente) José Antonio Agirre, cuando afirmaba: “Los aviones alemanes, al servicio de los rebeldes españoles han bombardeado Gernika, arrasado este pueblo histórico tan venerado por todos los vascos. Han intentado herirnos en los más profundo de nuestros sentimientos patrióticos, dejando bien en claro una vez más, lo que Euzkadi puede esperar de todos aquellos que no dudan en arrasar hasta la última piedra el santuario que representa los siglos de nuestra libertad y democracia. Ante semejante atrocidad, todos los vascos, debemos reaccionar con violencia, jurando desde lo más profundo nuestros corazones defender si llega el caso, los derechos de nuestro pueblo con una determinación y heroísmo sin precedentes. No podemos ocultar la gravedad del momento, pero la victoria no podrá ser nunca del invasor, si alimentando nuestra moral con fuerza y determinación nos armamos de valor para derrotarlos”.

El 26 de abril, los vascos desarrollarán todos los rituales correspondientes para enaltecer la fecha, con el fin de perpetuar la memoria del hecho histórico. Y también la diáspora se sumará a las innumerables demostraciones de recuerdo, recogimiento y sentimiento. En tal sentido, los oficios religiosos, homenajes junto al árbol, recordatorios en los medios, testimonios y demás actividades ilustrativas, marcarán la jornada del 70 aniversario. Pero imagino que íntimamente, la mayoría de los vascos y sus descendientes, tienen muy en claro, que lo ocurrido el 26 de abril de 1937, fue el inicio del un plan sistemático del nacionalismo español, para minimizar cultural y políticamente las posibilidades de autodeterminación de la nación vasca. En este sentido, hoy sobrevuela el país vasco la irracional violencia de ETA, y de igual manera responde el Estado, a partir del cierre periódicos en Euskera, la ilegalización de formaciones políticas, limitando el uso de la lengua, dispersando a los presos vascos y hasta se prohíbe al país vasco, tener sus propias representaciones deportivas.

Esta bien conmemorar y mantener la memoria histórica, pero mucho mejor, es vincular los hechos de una historia lineal, que ya lleva 70 años, donde los vascos han resistido el embate contra sus derechos históricos, entre ellos, a ejercer su derecho a decidir. En tal sentido, hay un pueblo que se ilusiona y sueña con vivir en democracia, libertad y paz, y que mantiene muy presente las sabias palabras de su Lehendakari (Presidente) José Antonio Agirre: “debemos jurar desde lo más profundo de nuestros corazones defender los derechos de nuestro pueblo, con determinación y patriotismo”.

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