Es la hora de Euskair


Corran, amiguetes, que el chollo se acaba. Ryanair nos deja en octubre y de momento se puede comprar una escapadita a Londres la última semana de septiembre por menos de 60 euros con tasas y todo. Todavía hay quien se pregunta por qué los líderes del low-cost van a dejar de operar desde Foronda si la media de ocupación rondaba el 80%.

Se ha utilizado mucho el argumento de la escasa rentabilidad de las rutas alavesas. Sorprende que Ryanair, tan temida por el resto de la competencia ante su perfecto dominio de la estructura de costes, haya calculado tan mal las cosas en Foronda. Consiguieron una buena tajada de ayudas públicas, se pusieron a regalar billetes y al parecer esperaron más beneficios de los previstos vía facturación, seguros de equipaje, tasas por sobrepeso de maletas, catering y prioridad de embarque (conceptos en los que reside el solomillo del negocio). Pero resulta que los hábitos del pasajero vitoriano son más frugales de lo previsto, no hacen suficiente caja y cierran la barraca. ¿Así de fácil?

Puede haber otras razones de peso, como el fuerte incremento de tasas de utilización del aeropuerto de Stansted, pero en esa tesitura siempre quedaba la alternativa de ofrecer otro destino atractivo desde Vitoria. Podría haber sido el aeropuerto romano de Ciampino pero ahí han surgido restricciones por parte de las autoridades italianas y lo de la ruta alemana se estuvo cociendo durante demasiado tiempo para cosa buena.

Alega también la compañía irlandesa que todo esto se enmarca en un proceso de reorganización de rutas europeas. Lo cierto es que en los últimos meses se han anunciado otras cancelaciones como Valladolid-Bergamo, Madrid-Malmo, Madrid-Shannon, Madrid-Faro, Madrid-Bournemouth o el recorte de Biarritz-Dublin. Tan cierto como que se anunciaron once rutas nuevas desde Alicante y Valencia, seis nuevas rutas desde Madrid y otras dos desde Santander. Dentro de poco también ofrecerán vuelos desde León con un suculento menú inicial de Londres, París, Roma y previsiblemente Frankfurt.

Todo esto nos coloca en una preocupante tesitura en materia aeroportuaria. Dicen los expertos en economía que en los aeropuertos está la clave del desarrollo regional a medio plazo. Pues en esto de los vuelos baratos nos están comiendo la tostada por todos los lados. Zaragoza puede atraer más rutas que las tres actuales. León abrirá con cuatro. Santander perderá Liverpool pero mantiene cinco destinos. Valladolid y Santiago de Compostela se van consolidando. Esto por lo que respecta a Ryanair, porque el resto de compañías no parece que estén dispuestas a tirarse un largo con Euskadi, vistos los negros nubarrones que penden sobre Vueling o la actitud timorata de Clickair o Easyjet. Esa apuesta que ha hecho el alcalde Lazcoz de atraer a Gasteiz otra compañía low-cost y potenciar el transporte de carga es de las que se sostienen muy bien ante los micros pero se desploman sobre la mesa de negociación.

A todo esto, la cancelación de vuelos desde Foronda llega cuando Ryanair se prepara para acometer la tercera fase de su plan de expansión: la lucha por los vuelos peninsulares. Ya se anuncian rutas de Valencia a Santiago o de Madrid a Santander (por 10 atractivos euros). En un futuro llegarán también las conexiones de Madrid con Valencia, Barcelona y Canarias con el objetivo de hacer de Ryanair la segunda compañía de vuelos tras Iberia. ¿Es que tampoco pinta nada el mercado vasco en ese segmento de negocio?

Lo que realmente me extraña es que todavía no haya surgido ninguna mente privilegiada vinculando la marcha de Ryanair a la ruptura de la tregua. ¡Anda que no cuajan estos argumentos en según qué parroquias! Aquí ha perdido un tanto la restablecidísima María San Gil. Tampoco parece que Javier de Andrés quiera lanzar esta sandez y apuesta por negociar hasta el final con Ryanair. ¿Ofreciéndoles más pasta? Desde la firma irlandesa ya dijeron en su momento que no estábamos ante una estrategia para conseguir mayor financiación pública. Más valdría que De Andrés explicara por qué ha callado cuando conocía directamente de la propia Ryanair la decisión de abandono de Foronda desde hace meses.

Antes de que la cuestión corra riesgo de enfangarse, es momento de dar un golpe de efecto. Los vascos somos jugadores de órdago y hay que demostrarlo con hechos. A precio de catálogo, un Boeing 737 nos sale por 50 millones de euros. Yo creo que con un esfuerzo interinstitucional de 15 millones por territorio más un pellizquito del Gobierno Vasco podríamos poner en marcha Euskair, compañía de vuelos baratos con un destino cada día de la semana, pongamos que a Escocia, Belfast, Córcega, Québec (con escala en las Azores), Montenegro, Flandes y las islas Feroe. Todo es ponerse.

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2 Comentarios:

Blogger mendi dijo...

Pues me parece que mola más hablar de eso que de las serpientes de verano y las peleas de patio de vecinas con indignación de x personas de relieve.

23 agosto, 2007 15:56  
Blogger burusoila dijo...

Desconociendo las posibilidades reales en cuanto a derechos aeroportuarios, etc, resulta muy, pero que muy interesante lo que plantea Ezpaloian. Mas aun sobre la base de: ¿por que pedimos a inversores particulares que inviertan en proyectos que institucionalmente creemos buenos si ni siquiera se confía en ellos?. Si de verdad creemos que es bueno y rentable. Si de verdad creemos que podemos convencer a empresas privadas de que les interesa. Y si hemos gastado dinero en otras empresas para promocionar la reactivación económica ¿por que no estamos dispuestos a demostrar las bondades de lo que queremos vender a operadores privados y extranjeros, invirtiendo nosotros en la misma moto que queremos venderles?. ¿Como podemos venderle a ninguna empresa que los vuelos desde aqui son rentables si nosotros mismos no estamos dispuestos a invertir nuestros duros en ese mismo proyecto?.
No se puede vender una linea aerea diciendo a la vez que yo no me la quedaría para mi.

23 agosto, 2007 20:17  

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