Trapecistas en Alava

A propósito de las mociones de censura planteadas en las Juntas Generales de Álava por PNV e IU y estando pendiente su futuro de la posición que a este respecto adopte el PSOE (insisto en negarme a denominarlo como PSE), leo hoy en un periódico:

A mes y medio de las elecciones autonómicas, el dirigente socialista situó a su formación en medio de la pelea de los grupos del Gobierno tripartito vasco y el PP. Así, resaltó que su partido «no es responsable de la gestión» del Gobierno foral del PP, en minoría, ni «ha firmado las mociones de censura». Puntualizó, no obstante, que tampoco «es ajeno» a la crisis institucional y política abierta en la Diputación, ya que su decisión es determinante para lograr la mayoría absoluta -26 votos- que forzarían a Rabanera a destituir a dos miembros de su Ejecutivo.

¿Qué tendrá que ver aquí el tripartito del Gobierno Vasco? Con semejante planteamiento, ¿no podríamos sospechar que también su posición en este tema viene condicionada por el denominado pacto por las libertades suscrito en España con el PP?

Dice el Sr. Prieto no ser responsable de la gestión del gabinete Rabanera: ¿se ha olvidado que quien hizo posible la usurpación de la Diputación Foral por parte del PP al legítimo vencedor de las últimas elecciones forales (PNV/EA) fueron, precisamente, los socialistas? No sólo es responsable de la gestión, sino –utilizando terminología criminalista- el cooperador necesario en la perpetración de este disparate de gobierno foral.

Pero como a pocos días de la campaña electoral tampoco le interesa al PSOE salir en la foto dándose el pico con el PP, reconoce el Sr. Prieto la existencia de una crisis institucional y quiere recordar a los proponentes de las mociones que la llave la tiene él. Efectivamente, tiene Vd. la llave para lograr esos 26 votos y recordar a los okupas de la Diputación que son eso, okupas, pero antes necesita Vd. y su partido una jornadas de reflexión y, por fin, saber dónde están y que pretenden en su partido y, sobre todo, anteponer a su falta de definición política, la necesidad de todos los alaveses de contar con un Gobierno Foral que gobierne y que lo haga “con dos dedos de frente”.

En fin, todo un ejercicio de habilidad sobre el trapecio.