Bidegorriak ala bidetxantxak?


El PP saca pecho y afirma que la amplicación del polígono Jundiz contará con un bicicarril de dos kilómetros. Se tratará de un bidegorri que partirá del pueblo de Lermanda para adentrarse en la nueva zona industrial. Sostiene el equipo de gobierno que de este modo se "permitirá a los trabajadores la posibilidad de acceder a sus puestos de trabajo en bicicleta". Falta por dilucidar una cuestión: ¿y cómo demonios llegarán en bicicleta hasta Jundiz?


Ir en bicicleta desde Vitoria a Jundiz es lo más parecido que existe a una travesía kamikaze. Además de no haber bicicarril, compartir carretera con los coches en una calle como la avenida de los Huetos supone una absoluta temeridad. Por más que a alguien se le llene la boca diciendo que la red local de bidegorris alcanza ya los 50 kilómetros esto no es forma de hacer las cosas. En materia de bicicarriles el PP se ha limitado a cumplir con lo más fácil: crear los que estaban previstos en las nuevas áreas de expansión de la ciudad. Lo que queda por resolver es el problema atávico de la falta de conexión entre los carriles existentes. Es en el centro donde está el nudo gordiano y en ninguna de las reformas de calles que ahora se están ejecutando se introducen medidas de cara al tráfico en bicicleta. Todo se resume en que tenemos:

-tres tramos no conectados en Lakuabizkarra, con el esperpento del Boulevard de Euskalherria donde colocaron pastillas de hormigón para cortar el bidegorri en varios puntos
-un tramo que circunvala Arriaga y no se atreve a entrar en zonas peatonales
-un tramo en la Avenida que tendría que llegar hasta el Prado pero, estando sacado a concurso el proyecto para hacer esta conexión, se canceló
-los tramos de universidades-Nieves Cano
-el tramo de circunvalación por Santa Lucia / Adurza / Batan / Mendizorrotza que puede representar un bonito paseo pero no responde a las necesidades de movilidad diaria en bicicleta
-los tramos de El Pilar, Zaramaga y Aranbizkarra

Hay que intregrar todo esto, hay que coserlo y para eso hace falta algo de ese arrojo que tan sólo vemos cuando el alcalde esquiva huevos en la balconada. La única actuación de "cosido de bicicarriles" en más de siete años, la de la Avenida, se paralizaró ¡para no perjudicar a la terraza de un bar! Curiosa manera de sopesar beneficios y perjuicios. Mal que nos pese, éste es uno de los aspectos en los que fuimos líderes y otras ciudades ya nos han tomado la delantera.

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