Las cosas se están precipitando

Algunas hasta se están haciendo precipitadamente. Ayer Joseba Egibar tuvo trabajo extra con la comparecencia vespertina junto a Jon Jauregi. A la mañana, en una entrevista que le realizaron en ETB declaró, en relación a la propuesta de autonomía política realizada por Batasuna que “Batasuna pretende, con la propuesta, rescatar el proceso, y va acompañada de una decisión de ETA para posibilitar un nuevo escenario”. No quedó ahí. Añadió, en lo más llamativo de su entrevista, que “las cosas se están precipitando y que en unas cuatro semanas se podrá saber si esto camina en la buena dirección o se atasca definitivamente” ¿Declaraciones hechas al tuntún?

No, no lo son. Algo habrá que el presidente del GBB no puede explicitar. Algo se olerán también Prisa y Vocento para mostrase, ambos a la vez, tan satisfechos ante la intervención de Zapatero anteayer en Vitoria. Coincidencia, como buenos unionistas, en temas inherente a su nacion, la española. Al pentálogo de exigencias habría que añadirle una sexta condición, tan rotunda como las anteriores, que sobresale por ser muy parecida a las habituales expresiones del MLNV: “El PSOE no dará un paso adelante (hacia ese acuerdo) mientras haya violencia o amenazas”. Queda por saber si sólo es una pose electoral ¿Nos lo aclarará ese plazo de cuatro semanas del que hablaba Egibar?

Condición, ésta última de Zapatero, que unida a las cinco anteriores de respeto a la legalidad y pluralidad, hacen inviable, según doctrina presidencial, un reinicio de las conversaciones políticas partidarias para hacer frente al centenario conflicto político vasco.

Zapatero, al menos, tuvo la delicadeza de no zarandear a Ibarretxe, como lo hizo su peón de brega López ¿Acaso, Imaz, no incluimos estas minucias en los tratos con el presidente español? A mí me hubiera gustado que el comunicado hecho público por el EBB, fundamentalmente en contra de la actitud de López, no sólo se hubiera quedado en un “por encima de la crispación que las palabras de López pretenden generar, seguirá apostando por la serenidad y la distensión en la sociedad vasca, y por la colaboración entre las formaciones políticas para avanzar en un escenario de paz y normalización política“, sino que hubiera entrado a analizar el grueso del discurso de Zapatero, tan aplaudido por el unionismo.

Por mucho que ETA se enroque en su enfermizo rol militar, que no lo creo, el conflicto continuará latente, el 85% de la población vasca y navarra continuará apostando por vías de diálogo, la inmensa mayoría de la ciudadanía estará a favor del derecho a decidir su propio futuro sin ingerencias y, en la misma línea, hasta los votantes del PP estarían dispuestos a superar el techo competencial establecido en el Estatuto de Autonomía de la CAV, en e l Amejoramiento Foral navarro y en la pírrica (o republicana, si se prefiere) estructura administrativa de Iparralde. Porque, en el supuesto de que ETA continúe asesinando, ¿persistirá en su hibernación el desarrollo estatutario (aún quedan competencias por transferir? ¿habrá desaparecido toda posibilidad de supera el actual marco jurídico? ¿dejaremos los abertzales jeltzales de reivindicar el derecho a decidir, el ser para estar?